Monday, August 10, 2009

 
Donde la homosexualidad es delito


Aunque en las últimas décadas los colectivos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales han logrado importantes avances en la equiparación de sus derechos a los del resto de la sociedad, todavía queda un largo camino por recorrer hasta alcanzar la plena normalización. Importantes conquistas (la lucha contra la homofobia, la legalización de las uniones entre personas del mismo sexo, etc.) conviven con situaciones en las que la discriminación y la persecución están a la orden del día.
El pasado 2 de agosto, un hombre entró en un local de ambiente homosexual de Tel Aviv y comenzó a disparar de manera indiscriminada. Dos de los disparos acabaron con la vida de Nir Katz (26 años) y Liz Tarbishi (17). El asesino dejó diecisiete personas heridas, tres de ellas de gravedad. La ciudad, considerada como una de las más progresistas de Israel, se ha visto golpeada por este ataque homófono que no hace un gran favor a los intentos por convertir Tel Aviv en un destino turístico para gays y lesbianas.
Declaraciones como la efectuada por el diputado Nissim Zeev, que afirmó que “hay que tratar a los homosexuales como si tuvieran la gripe porcina", no ayudan a normalizar la situación del colectivo LGTB en Israel (donde en 2005 un judío ortodoxo apuñaló a tres participantes del desfile del Orgullo Gay). Este “crimen de odio”, en palabras del parlamentario israelí Nitzan Horowitz (el único que ha hecho pública su homosexualidad), es un ejemplo de la persecución que siguen sufriendo homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales en muchos lugares del mundo.
El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) suprimió la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Según datos proporcionados por la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA), de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), existen leyes antidiscriminatorias en 50 países y en 33 entidades territoriales (estados, provincias, territorios, etc.). Las uniones entre personas del mismo sexo están reconocidas en 19 países y en 14 entidades territoriales (en la actualidad, hay 6 países en los que está legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo). En 76 países y 6 entidades territoriales, la homosexualidad se castiga con prisión. Y en 7 países, ser homosexual puede suponer la pena de muerte.
A grandes rasgos, se puede diferenciar entre aquellos países en los que la homosexualidad es legal, donde las medidas legislativas están orientadas a paliar la homofobia, y aquellos en los que la homosexualidad es ilegal y, por lo tanto, puede ser sancionada. En los primeros, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de adopción son dos de las principales metas que se persiguen.
La homosexualidad no está penalizada en Europa ni en ningún país de habla hispana. En América Latina, Nicaragua ha sido el último país que ha dejado de considerar que ser gay o lesbiana es un delito. La homosexualidad se castiga con pena de muerte en Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Sudán y Yemen y en diversos lugares de Nigeria y Somalia.
Según el código penal iraní, el juez de la Sharia decide cómo dará muerte a los condenados por sodomía. En Arabia Saudí, los actos homosexuales son castigados con la muerte por lapidación en el caso de que uno de los hombres esté casado con una mujer y con cien latigazos y el destierro por un período de un año para los hombres solteros. En otros muchos países (Camerún, Uganda, India, Pakistán, Egipto,etc.), es considerada un delito y es castigada con penas de prisión o castigos físicos.
Aunque Europa suele ser considerada junto a las grandes ciudades de Estados Unidos (las zonas rurales son otra historia) o Canadá como los lugares en los que la homosexualidad es más aceptada, todavía hay países en los que perviven ciertas actitudes -apoyadas por los gobiernos- que tratan de reprimir la libre expresión de los homosexuales.
La reciente prohibición de las manifestaciones de colectivos LGTB en Moscú durante la visita de Barack Obama o durante la celebración del Festival de Eurovisión o la surrealista campaña contra el Teletubbie Tinky Winky llevada a cabo por Ewa Sowinska, defensora de los derechos de los niños de Polonia, don dos ejemplos de que la situación en determinadas zonas del continente europeo dista mucho de la normalización alcanzada en países como España. Junto a los Países Bajos, Bélgica, Noruega y Suecia, son los únicos lugares europeos en los que el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal.
En el debate sobre la legalización del matrimonio homosexual, el problema es, en cierto sentido, de tipo semántico, y es que determinados sectores de la población y ciertos partidos políticos consideran que el matrimonio se debe ajustar a la definición de la RAE, para la cual es la "unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales". En cuanto a la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, la aceptación de esta ampliación de derechos no tiene tanto apoyo y genera mayor controversia social y política.

Fuente: Terra
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