Tuesday, February 21, 2006
Antoni Borell
La ciudad del deseo
La ciudad es un mapa de la jerarquía del deseo, desde el valorado hasta el estigmatizado. Está dividido en zonas dictadas por el modo en que sus ciudadanos valoran o denigran sus necesidades. Separar la ciudad en áreas de especialización hace posible satisfacer algunas necesidades más eficientemente y es asimismo un intento de reducir el conflicto entre configuraciones opuestas de los deseos y los papeles que adopta la gente para intentar satisfacer esos deseos.
En la ciudad hay zonas comerciales, de tránsito, de residencia. Pero algunas zonas de la ciudad no pueden ser tan transparentes respecto a la función que desempeñan. Se trata de las zonas de sexo – llamados barrios de putas, zonas de combate, y guettos gays. A pesar de que el código legal de la ciudad puede especificar donde estarán estas áreas, los líderes de la comunidad raramente admitirán que existe algo deliberado en la creación de estas áreas. En lugar de esto, dirán que estos lugares no existen en realidad. En estos momentos no hay ciudad en el mundo que no los tenga. En parte debido a estas áreas, la ciudad se ha convertido en un signo de deseo: promiscuidad, perversión, prostitución, sexo entre distintas edades, géneros, clases y razas.
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La ciudad del deseo
La ciudad es un mapa de la jerarquía del deseo, desde el valorado hasta el estigmatizado. Está dividido en zonas dictadas por el modo en que sus ciudadanos valoran o denigran sus necesidades. Separar la ciudad en áreas de especialización hace posible satisfacer algunas necesidades más eficientemente y es asimismo un intento de reducir el conflicto entre configuraciones opuestas de los deseos y los papeles que adopta la gente para intentar satisfacer esos deseos.
En la ciudad hay zonas comerciales, de tránsito, de residencia. Pero algunas zonas de la ciudad no pueden ser tan transparentes respecto a la función que desempeñan. Se trata de las zonas de sexo – llamados barrios de putas, zonas de combate, y guettos gays. A pesar de que el código legal de la ciudad puede especificar donde estarán estas áreas, los líderes de la comunidad raramente admitirán que existe algo deliberado en la creación de estas áreas. En lugar de esto, dirán que estos lugares no existen en realidad. En estos momentos no hay ciudad en el mundo que no los tenga. En parte debido a estas áreas, la ciudad se ha convertido en un signo de deseo: promiscuidad, perversión, prostitución, sexo entre distintas edades, géneros, clases y razas.
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