Thursday, March 23, 2006
Simon Silva
La posibilidad de un imaginario lesbiano
Dice Judith Butler que “la opresión no opera simplemente a través de actos de abierta prohibición, sino encubiertamente, a través de la constitución de sujetos viables y de la correspondiente constitución de un dominio de sujetos (in)viables (abyectos), quienes no son nombrados ni producidos dentro de la economía de la ley. Aquí la opresión opera mediante la producción de un dominio de lo impensable y de lo innombrable. El lesbianismo no ha sido explícitamente prohibido, en parte porque no ha se dado a conocer en lo pensable, en lo imaginable, esa red de inteligibilidad cultural que regula lo real y lo que puede ser nombrado”.
Ante esto me pregunto: ¿Qué imágenes socialmente disponibles tenemos las lesbianas? Si las hubiera, y las que hay, ¿por quiénes fueron creadas? ¿En qué ámbitos circulan? ¿Nos identificamos las lesbianas con esas imágenes que pretenden representarnos? ¿Qué significaciones incluyen y cuáles excluyen? ¿Qué representaciones producen sobre nosotras? ¿Dan cuenta de la multiplicidad o imprimen cierta univocidad?
Lesbiana, una palabra, una práctica, un modo de vida, una identidad que se resiste a ser nombrada. ¿Cómo, entonces, ser una lesbiana en un contexto político en el que esa categoría política no existe, en un discurso político que practica su violencia contra el lesbianismo, en parte excluyéndolo del discurso mismo? “Ser prohibido explícitamente implica ocupar un sitio discursivo desde el cual se puede articular un discurso de oposición; ser implícitamente proscripto implica no calificar como objeto de prohibición” (Butler). ¿Cómo hacerse inteligible en el discurso del régimen heterosexual? ¿Podemos las lesbianas hacernos inteligibles contra ese discurso? ¿Y qué queremos las lesbianas? ¿Una ampliación de la normalidad? Para hacernos aceptables ¿aprender un nuevo manual de comportamiento?
Esta serie de interrogantes la planteo frente y desde el silencio en que se subsume al lesbianismo.
Valeria Flores- Lea más
La posibilidad de un imaginario lesbiano
Dice Judith Butler que “la opresión no opera simplemente a través de actos de abierta prohibición, sino encubiertamente, a través de la constitución de sujetos viables y de la correspondiente constitución de un dominio de sujetos (in)viables (abyectos), quienes no son nombrados ni producidos dentro de la economía de la ley. Aquí la opresión opera mediante la producción de un dominio de lo impensable y de lo innombrable. El lesbianismo no ha sido explícitamente prohibido, en parte porque no ha se dado a conocer en lo pensable, en lo imaginable, esa red de inteligibilidad cultural que regula lo real y lo que puede ser nombrado”.
Ante esto me pregunto: ¿Qué imágenes socialmente disponibles tenemos las lesbianas? Si las hubiera, y las que hay, ¿por quiénes fueron creadas? ¿En qué ámbitos circulan? ¿Nos identificamos las lesbianas con esas imágenes que pretenden representarnos? ¿Qué significaciones incluyen y cuáles excluyen? ¿Qué representaciones producen sobre nosotras? ¿Dan cuenta de la multiplicidad o imprimen cierta univocidad?
Lesbiana, una palabra, una práctica, un modo de vida, una identidad que se resiste a ser nombrada. ¿Cómo, entonces, ser una lesbiana en un contexto político en el que esa categoría política no existe, en un discurso político que practica su violencia contra el lesbianismo, en parte excluyéndolo del discurso mismo? “Ser prohibido explícitamente implica ocupar un sitio discursivo desde el cual se puede articular un discurso de oposición; ser implícitamente proscripto implica no calificar como objeto de prohibición” (Butler). ¿Cómo hacerse inteligible en el discurso del régimen heterosexual? ¿Podemos las lesbianas hacernos inteligibles contra ese discurso? ¿Y qué queremos las lesbianas? ¿Una ampliación de la normalidad? Para hacernos aceptables ¿aprender un nuevo manual de comportamiento?
Esta serie de interrogantes la planteo frente y desde el silencio en que se subsume al lesbianismo.
Valeria Flores- Lea más