Friday, April 28, 2006
las lesbianas somos un arte. en algún momento somos las que aparentamos ser estudiantes, anarquistas, amas de casa, poetas y en otro somos un reinvento que no tiene nada que ver con lo que éramos. nos hacemos mecánicas, paganas, bibliotecarias, lesbianas.
las transformaciones son cada vez más bellas. somos mujeres mariposeadas.
el arte lleva a los espectadores a una dimensión que, antes del arte, no se conocía por los que no admiran el mundo más allá del blanco y el negro. lo que parecía ser la realidad se deshace: el ataúd es una cueva de placer, la manzana es una bomba, el globo del ojo es una mandala.
la deconstrucción de los significados comunes y corrientes le abre camino al cambio. si el ataúd es una cueva de placer ¿no será bienvenida la muerte? si una manzana es una bomba ¿debería consumir una en el desayuno? si el ojo es una mandala ¿será que la paz interna se encuentra en los centros de los ojos?
este cambio es lo que conduce a la evolución. el ama de casa se convierte en una lesbiana radical separatista, y ésta se vuelve pacifista, luego se hace madre, se reinventa artista, deviene en alcohólica, se torna camionera, se vuelve padre, se rehace feminista, se hace quien sea que quiera hasta que ella decide, algun día, hacerse mariposa.
para el arte lesbiano no se requieren pinturas ni pinceles ni marcos ni telas. la ruptura con identidades que parecían eternas es suficiente para mariposear. con re-nombrar lo que fue y será, se acaba con lo que era y hubiera sido.
las transformaciones son cada día más bellas. somos mujeres mariposeadas.
Lea Más sobre: Para las duras: Una fenomenología lesbiana © 2002 tatiana de la tierra.