Thursday, April 06, 2006
A MI MADRE LE GUSTAN LAS MUJERES
Con un título tan explícito poco más se puede contar del argumento del debut en la dirección de largometrajes de Inés París y Daniela Fejermán, dos excelentes guionistas -responsables de Sé quién eres-, que ya habían hecho sus pinitos con un par de divertidos y amenos cortometrajes. El film arranca con la reunión de una madre y sus tres hijas en el aniversario de la primera, que aprovecha para anunciar que se ha enamorado de una mujer. Lo que en principio parecía una fiesta familiar más se convierte en el comienzo de una crisis interna, en un continuo tira y afloja entre la reciente y feliz pareja y quienes intentan acabar con esa loca relación. Esa nueva circunstancia en la vida familiar es el eje, y el detonante, de todo lo que ocurre en la película. Desde las crisis nerviosas del personaje neurótico y estresante que interpreta Leonor Watling hasta el desconcierto y la inestabilidad de esas tres hijas sorprendidas y dispuestas a actuar enérgicamente.
El acierto de A mi madre le gustan las mujeres está en darle a un tema tan controvertido, a una noticia tan importante, a esa repentina e inesperada salida del armario, un tono de comedia irónica y ácida, un ritmo trepidante y cardíaco. Se nota, sin embargo, unas inmensas ganas de ir demasiado deprisa, echándose en falta algo de sosiego. Y esta cierta precipitación provoca que haya una cierta dejadez a la hora de profundizar en los personajes, de explicárnoslos mejor, pues quedan algo superficiales y lejanos. Un problema que solventan con soltura, elegancia y profesionalidad las actrices protagonistas, pues son las portadoras de toda la solidez y calidad del film.
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Con un título tan explícito poco más se puede contar del argumento del debut en la dirección de largometrajes de Inés París y Daniela Fejermán, dos excelentes guionistas -responsables de Sé quién eres-, que ya habían hecho sus pinitos con un par de divertidos y amenos cortometrajes. El film arranca con la reunión de una madre y sus tres hijas en el aniversario de la primera, que aprovecha para anunciar que se ha enamorado de una mujer. Lo que en principio parecía una fiesta familiar más se convierte en el comienzo de una crisis interna, en un continuo tira y afloja entre la reciente y feliz pareja y quienes intentan acabar con esa loca relación. Esa nueva circunstancia en la vida familiar es el eje, y el detonante, de todo lo que ocurre en la película. Desde las crisis nerviosas del personaje neurótico y estresante que interpreta Leonor Watling hasta el desconcierto y la inestabilidad de esas tres hijas sorprendidas y dispuestas a actuar enérgicamente.
El acierto de A mi madre le gustan las mujeres está en darle a un tema tan controvertido, a una noticia tan importante, a esa repentina e inesperada salida del armario, un tono de comedia irónica y ácida, un ritmo trepidante y cardíaco. Se nota, sin embargo, unas inmensas ganas de ir demasiado deprisa, echándose en falta algo de sosiego. Y esta cierta precipitación provoca que haya una cierta dejadez a la hora de profundizar en los personajes, de explicárnoslos mejor, pues quedan algo superficiales y lejanos. Un problema que solventan con soltura, elegancia y profesionalidad las actrices protagonistas, pues son las portadoras de toda la solidez y calidad del film.
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