Tuesday, July 11, 2006
La dura realidad de la homosexualidad en los Balcanes
Albania y Macedonia: aburrimiento y machismo
En Albania, con mayoría de musulmanes, la única asociación gay existente fue prohibida y no se conocen bares gays o locales donde esta población pueda reunirse libremente. Durante la era comunista, los gays y las lesbianas eran considerados traidores, arrestados y aislados del resto de la sociedad. Ahora, pese a que existe una cierta tolerancia, esta tendencia no se puede exteriorizar socialmente. Ser gay en Albania se considera una vergüenza por la mayor parte de los albaneses.
En Macedonia, patria del gay más conocido de la historia de la humanidad -el emperador y conquistador Alejandro Magno-, la mayor parte de los gays añora las noches de Belgrado, por su dinamismo y a la existencia de algunos locales y bares de ambiente.
Bosnia: rural e incomprensiva
En Bosnia-Herzegovina, país donde conviven católicos, musulmanes y ortodoxos, la homosexualidad era hasta hace poco perseguida legalmente y tampoco se detectaba una gran vida gay, debido sobre todo a que los bosnios viven en pequeños pueblos y aldeas donde el control social de la población es total. "Lo peor en los Balcanes es ser homosexual", dice Kenan Dizdar, uno de los personajes de la película sobre la guerra de Bosnia Go West, y que suscitó un fuerte debate sobre este tema tabú. El odio a los homosexuales persistirá, según este actor, aunque serbios, musulmanes y croatas dejen de pelear, dice. Y añade: "Bajarán sus armas, pero seguirán odiando a los homosexuales”.
Rumania: criminalización y ultras
Tras las protestas revolucionarias contra el tirano Ceausescu, que provocaron la caída del régimen comunista, las cosas no cambiaron para los gays y decenas de ellos fueron detenidos, juzgados y condenados a penas muy largas y en peores condiciones que los presos comunes. Según algunos activistas de Derechos Humanos, la tortura era una práctica corriente. Para colmo, a finales de los noventa, Rumania endureció su Código Penal con penas aún más duras para los gays. Una reforma duramente criticada por el Parlamento europeo, que condenó “cualquier intento de criminalización de las relaciones sexuales entre personas adultas del mismo sexo”. Al final, y tras un rosario de detenciones e intimidaciones, se derogó la ley discriminatoria, a pesar de las protestas de las autoridades religiosas rumanas, que consideran a los homosexuales como “hijos del pecado”.
Serbia: ¿los homosexuales son unos enfermos?
De asfixiante, insultante y ultrajante es como podemos definir la situación que padecen los gays serbios. La mayoría de los medios de comunicación es homófoba, los políticos desoyen las demandas de los gays y la sociedad les considera enfermos. El 54,3% de los 1.500 ciudadanos encuestados por el Instituto Factor Agency afirma que los homosexuales tendrían que "recibir tratamiento médico". Según el sondeo, el 14,5% de los serbios considera que la homosexualidad tendría que estar prohibida, mientras que el 10% pide que los homosexuales sean "aislados" de la sociedad. Aparte de este cuadro tan adverso, las agresiones a gays son moneda corriente en la sociedad serbia. En 2004, en una marcha del orgullo gay organizada en Belgrado, cientos de personas agredieron e hirieron ante una policía pasiva a decenas de homosexuales que, desafiando la intolerancia, quisieron expresar sus demandas. Ahora, el Movimiento Patriótico Obraz ataca a los gays y las lesbianas diariamente, considerándolos no ciudadanos por realizar prácticas que “ofenden a la nación serbia”.
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Albania y Macedonia: aburrimiento y machismo
En Albania, con mayoría de musulmanes, la única asociación gay existente fue prohibida y no se conocen bares gays o locales donde esta población pueda reunirse libremente. Durante la era comunista, los gays y las lesbianas eran considerados traidores, arrestados y aislados del resto de la sociedad. Ahora, pese a que existe una cierta tolerancia, esta tendencia no se puede exteriorizar socialmente. Ser gay en Albania se considera una vergüenza por la mayor parte de los albaneses.
En Macedonia, patria del gay más conocido de la historia de la humanidad -el emperador y conquistador Alejandro Magno-, la mayor parte de los gays añora las noches de Belgrado, por su dinamismo y a la existencia de algunos locales y bares de ambiente.
Bosnia: rural e incomprensiva
En Bosnia-Herzegovina, país donde conviven católicos, musulmanes y ortodoxos, la homosexualidad era hasta hace poco perseguida legalmente y tampoco se detectaba una gran vida gay, debido sobre todo a que los bosnios viven en pequeños pueblos y aldeas donde el control social de la población es total. "Lo peor en los Balcanes es ser homosexual", dice Kenan Dizdar, uno de los personajes de la película sobre la guerra de Bosnia Go West, y que suscitó un fuerte debate sobre este tema tabú. El odio a los homosexuales persistirá, según este actor, aunque serbios, musulmanes y croatas dejen de pelear, dice. Y añade: "Bajarán sus armas, pero seguirán odiando a los homosexuales”.
Rumania: criminalización y ultras
Tras las protestas revolucionarias contra el tirano Ceausescu, que provocaron la caída del régimen comunista, las cosas no cambiaron para los gays y decenas de ellos fueron detenidos, juzgados y condenados a penas muy largas y en peores condiciones que los presos comunes. Según algunos activistas de Derechos Humanos, la tortura era una práctica corriente. Para colmo, a finales de los noventa, Rumania endureció su Código Penal con penas aún más duras para los gays. Una reforma duramente criticada por el Parlamento europeo, que condenó “cualquier intento de criminalización de las relaciones sexuales entre personas adultas del mismo sexo”. Al final, y tras un rosario de detenciones e intimidaciones, se derogó la ley discriminatoria, a pesar de las protestas de las autoridades religiosas rumanas, que consideran a los homosexuales como “hijos del pecado”.
Serbia: ¿los homosexuales son unos enfermos?
De asfixiante, insultante y ultrajante es como podemos definir la situación que padecen los gays serbios. La mayoría de los medios de comunicación es homófoba, los políticos desoyen las demandas de los gays y la sociedad les considera enfermos. El 54,3% de los 1.500 ciudadanos encuestados por el Instituto Factor Agency afirma que los homosexuales tendrían que "recibir tratamiento médico". Según el sondeo, el 14,5% de los serbios considera que la homosexualidad tendría que estar prohibida, mientras que el 10% pide que los homosexuales sean "aislados" de la sociedad. Aparte de este cuadro tan adverso, las agresiones a gays son moneda corriente en la sociedad serbia. En 2004, en una marcha del orgullo gay organizada en Belgrado, cientos de personas agredieron e hirieron ante una policía pasiva a decenas de homosexuales que, desafiando la intolerancia, quisieron expresar sus demandas. Ahora, el Movimiento Patriótico Obraz ataca a los gays y las lesbianas diariamente, considerándolos no ciudadanos por realizar prácticas que “ofenden a la nación serbia”.
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