Friday, October 20, 2006
Hodgkin,
memorias de la emoción
Howard Hodgkin (Londres, 1932) está considerado como uno de los creadores más originales del arte contemporáneo. Vinculado en sus orígenes al arte pop y a la abstracción, toda su obra destaca por su peculiar forma de jugar con los colores. La exposición, que desde ayer se puede ver en el Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, reúne 60 obras representativas de cada una de sus diferentes etapas. Comisariada por Nicholas Serota, director de las Tate británicas, y por Enrique Juncosa, director del Museo de Arte Moderno de Dublín, la muestra se podrá visitar hasta el próximo 8 de enero.
El propio artista y los comisarios presentaron la exposición el pasado martes. Howard Hodgkin estaba agotado por el viaje y prefirió no hablar ni de la exposición ni del Reina Sofía. Pidió que se contemplara su obra porque todo lo que tiene que decir está en sus cuadros.
Enrique Juncosa definió la exposición como un conjunto de memorias emocionales de uno de los artistas más originales de las últimas décadas. "Coincidí con él en una cena en Londres. Sabía que era una de las grandes figuras del pop art, pero se negaba a aparecer vinculado a ningún grupo. En esa cena descubrí que la literatura era la base de su obra. Julian Barnes y Nabokov eran sus temas favoritos. La novela es fundamental en sus cuadros".
Nicholas Serota explicó que el montaje de esta retrospectiva no es estrictamente cronológico. "Al no haber cambios bruscos estilísticos en su carrera, hemos preferido hacer una selección de lo más representativo. En todas sus creaciones predomina el color. El tema trata de estados de ánimo, los formatos son pequeños y los títulos de las obras están siempre muy estudiados".
En el recorrido por la exposición se pueden contemplar las primeras obras del artista cargadas de elementos figurativos y con una fuerte influencia del arte pop. En la década de los sesenta su estilo abandona la figuración y se entrega al color. Sus retratos, paisajes de interiores y jardines son una pura exhibición de su dominio de tonalidades llamativas. Sus trabajos posteriores siguen siempre ligados al color, pero sus cada vez más sólidas capas de pintura buscan obsesivamente la luz.
La ciudad de Venecia le sirve de ensayo para esa búsqueda. Una docena de obras de esta etapa ocupan una sala con obras de pequeño formato en la que los títulos son orientativos: Cielo, Arco iris, Lluvia, Puesta de sol, Otoño, Paisaje con cristales...
El grueso de las obras que se muestran en el Reina Sofía están dedicadas a India y a sus colores. En India se inspiran una gran parte de los cuadros miniaturistas con colores puros y adornos en los marcos de las obras.
India es fundamental en su obra porque en uno de sus viajes conoce de cerca la amenaza de la muerte. Contrae una hepatitis a la que logra sobrevivir, pero también descubre su homosexualidad. Ambas circunstancias hacen que varíen los temas de su obra. En lugar de parejas que se contemplan en silencio, realiza retratos presididos por hombres cargados de vitalidad y erotismo.
Ana Martínez de Aguilar, directora del Reina Sofía, señaló que la obra de Hodgkin ha estado vinculada en su origen a artistas como Matisse, Vuillard, y especialmente los expresionistas norteamericanos abstractos. "Pero Hodgkin ha seguido un camino independiente y un estilo difícilmente clasificable".
Muchas de sus obras han sido realizadas sobre objetos de madera, como tableros de mesa o tablas de cortar el pan. Cuando integra el marco como parte de la obra, acentúa la idea de la pintura como objeto. "A él le interesa el arte total. Los temas retratados son secundarios".
La exposición se cierra con una selección de su última obra. Son piezas realizadas durante los últimos 15 años. Una decena de cuadros repiten los temas y formas de su etapa juvenil. El color en todas sus gamas e intensidades da forma a sus paisajes y retratos solitarios. El arco iris, los eclipses y los jardines siguen formando parte de su peculiar universo. Ángeles García in El País
.