Saturday, October 07, 2006

 
Neuronas paralíticas


¿Qué parte de tu cerebro dejas de usar cuando discriminas? , preguntaba un spot cinematográfico minutos antes de la excelente película En el hoyo , de Juan Carlos Rulfo. La cinta resultó mucho más potente que el anuncio: audaz e incisivo, Rulfo recupera algo de la sombría, lacónica contundencia asociada a su apellido al documentar la vida de los albañiles que construyeron el segundo piso. Suspendidos sobre el abismo, respirando polvo de cemento, ensordecidos por martillazos, sabedores de que nada hay más temible que no tener para tragar, los albañiles dejan quizás años de sus vidas en una obra que sólo recibe el comentario malhumorado de un automovilista: por qué no trabajan más rápido, por qué no trabajan 24 horas diarias.
Esta capacidad para la dureza, esta ceguera cómoda es un pilar de nuestra forma de vida. ¿Quiénes construyeron el edificio donde vivimos? ¿Alguien enfermó al cultivar nuestra comida? ¿Qué piensa la madre de un hijo que insiste en ser una hija? ¿Por qué al enfrentarnos a otras personas las catalogamos con la misma sutileza que los constructores de baños públicos, dama o caballero? ¿Cuántas partes de nuestro cerebro dejamos de usar, o no hemos estrenado jamás? ¿Cómo podríamos entrenar a esa masa de materia gris para ser un poquito más ágil? Estas preguntas me llevan a una página de Eve Sedgwick (Epistemology of the Closet) donde la escritora lamenta la tosquedad de los conceptos que aplicamos a los demás. Categorías como raza, género, clase y "orientación sexual" son increíblemente burdas y no tienen en cuenta diferencias que las cruzan sin un diseño discernible. Ejemplo:
. Actos genitales idénticos significan cosas distintas para personas distintas.
. La sexualidad constituye una gran parte de la identidad de algunas personas, según la perciben ellas mismas, pero es parte mínima de la de otras.
. Para algunas personas la sexualidad provee un indispensable espacio para el autodescubrimiento y la hiperestimulación cognoscitiva. Para otras, la sexualidad provee un indispensable espacio para el hábito y la rutina, así como para el hiato cognoscitivo.
. Para algunas personas es importante que el sexo esté inserto en contextos llenos de significado, historia y conexión con otros aspectos de sus vidas; para otras, es importante que no lo esté; a otras no se les ocurre que podría estarlo.
Etcétera: tanto las identidades sexuales como las de género son dominios donde juegan la variación individual y la creatividad; áreas de la vida donde la reglamentación cultural inspira infinitas alternativas y réplicas. Ni siquiera se puede predecir lo que alguien hace, prefiere o imagina basándose en lo que ha hecho, preferido o imaginado antes. No obstante, unas cuantas ideas toscas, al alcance de cualquier panista, sirven para clasificar, discriminar, aprobar o rechazar leyes y afectar la vida de multitudes. En esta ciudad donde se construyen segundos pisos: ¿habrá manera de despertar neuronas y alertar corazones?
La Primera Dama es un colectivo integrado por: Vizania Amezcua, Ishtar Cardona, Alberto Chimal, Hazel Gloria Davenport, Adriana González Mateos, Saúl Gutiérrez, Noé Morales Muñoz y Cristina Rivera-Garza. A.G.M. Fuente: El Universal

Imagen: Viva la diferencia - Kimmo
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Comments:
En estas letras sólo hay una cosa detrás: VERDAD.
 
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