Sunday, October 29, 2006
Vladimir Luxuria, mujer transgénero
“¿Entonces, Guadagno, es verdad que usa el baño de las mujeres? Usted es un hombre, no puede entrar aquí!” Joya de la derecha política italiana.
La sin par y siempre entretenida opereta de la alta política italiana, ahora sumida en escándalos de espionaje, no sólo se desarrolla en las cloacas sino que ayer, por ejemplo, floreció a la altura de los baños del Parlamento. La escena tuvo lugar en el de señoras cuando Elisabetta Gardini, una presentadora de televisión metida a diputada de derechas de Berlusconi se disponía a entrar por la puerta. Según sus propias palabras, quedó «traumatizada» cuando se cruzó con Vladimir Luxuria, el conocido parlamentario transexual elegido por Rifondazione Comunista. Así que, haciendo uso de la fórmula elegida por la derecha para tratarle, llamándole por su apellido real, mucho menos glamouroso, le espetó escandalizada: «¿Entonces, Guadagno, es verdad que usa el baño de las mujeres? ¿Usted es un hombre, no puede entrar aquí!». Y le echó y se fue al servicio de orden.
En realidad, Luxuria lleva seis meses de legislatura usando el baño de señoras y lo sabe todo el mundo, porque fue una de las primeras bromas que tuvo que soportar en abril cuando salió elegido y se convirtió en el primer diputado transexual de Italia. Ante el cachondeo de parte de la derecha sobre qué servicios usaría, dejó claro que iría a los femeninos. La pobre Luxuria, no obstante sus intervenciones inteligentes y su proverbial saber estar, ha tenido que lidiar con los peores instintos de sus rivales. En un mitin en Guidonia, un grupo de neofascistas casi le lincha y le bombardearon con hinojos, vegetal que por alguna razón se usa en italiano para insultar a los homosexuales (’finocchio’). Luego, en su primera tertulia televisiva, en plena refriega con Alessandra Mussolini, ésta le soltó una frase que ha pasado a los anales de la democracia: «Mejor fascista que maricón».
Tras el incidente de ayer, Luxuria se declaró conmocionada por «una agresión tan violenta». «Al principio pensaba que lo decía en broma, pero ¿qué debo hacer? Yo voy a los baños del sexo al que siento pertenecer, y además si fuera al de los hombres creo que les intimidaría». El altercado terminó con el servicio de orden dando la razón a Luxuria «porque las decisiones relativas a la identidad sexual pertenecen a la esfera privada y deben ser respetadas». La diputada Gardini luego se arrepintió de haber dado pábulo a un asunto «que da una imagen de tan bajo nivel del Parlamento». Pobrecita, cómo se nota que ella también es nueva.
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“¿Entonces, Guadagno, es verdad que usa el baño de las mujeres? Usted es un hombre, no puede entrar aquí!” Joya de la derecha política italiana.
La sin par y siempre entretenida opereta de la alta política italiana, ahora sumida en escándalos de espionaje, no sólo se desarrolla en las cloacas sino que ayer, por ejemplo, floreció a la altura de los baños del Parlamento. La escena tuvo lugar en el de señoras cuando Elisabetta Gardini, una presentadora de televisión metida a diputada de derechas de Berlusconi se disponía a entrar por la puerta. Según sus propias palabras, quedó «traumatizada» cuando se cruzó con Vladimir Luxuria, el conocido parlamentario transexual elegido por Rifondazione Comunista. Así que, haciendo uso de la fórmula elegida por la derecha para tratarle, llamándole por su apellido real, mucho menos glamouroso, le espetó escandalizada: «¿Entonces, Guadagno, es verdad que usa el baño de las mujeres? ¿Usted es un hombre, no puede entrar aquí!». Y le echó y se fue al servicio de orden.
En realidad, Luxuria lleva seis meses de legislatura usando el baño de señoras y lo sabe todo el mundo, porque fue una de las primeras bromas que tuvo que soportar en abril cuando salió elegido y se convirtió en el primer diputado transexual de Italia. Ante el cachondeo de parte de la derecha sobre qué servicios usaría, dejó claro que iría a los femeninos. La pobre Luxuria, no obstante sus intervenciones inteligentes y su proverbial saber estar, ha tenido que lidiar con los peores instintos de sus rivales. En un mitin en Guidonia, un grupo de neofascistas casi le lincha y le bombardearon con hinojos, vegetal que por alguna razón se usa en italiano para insultar a los homosexuales (’finocchio’). Luego, en su primera tertulia televisiva, en plena refriega con Alessandra Mussolini, ésta le soltó una frase que ha pasado a los anales de la democracia: «Mejor fascista que maricón».
Tras el incidente de ayer, Luxuria se declaró conmocionada por «una agresión tan violenta». «Al principio pensaba que lo decía en broma, pero ¿qué debo hacer? Yo voy a los baños del sexo al que siento pertenecer, y además si fuera al de los hombres creo que les intimidaría». El altercado terminó con el servicio de orden dando la razón a Luxuria «porque las decisiones relativas a la identidad sexual pertenecen a la esfera privada y deben ser respetadas». La diputada Gardini luego se arrepintió de haber dado pábulo a un asunto «que da una imagen de tan bajo nivel del Parlamento». Pobrecita, cómo se nota que ella también es nueva.
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