Monday, February 12, 2007

 
España. Periodista sale del armario


El rostro y la voz de Chelo García-Cortés se han colado en las casas españolas para convertirla en un personaje habitual de los viernes por la noche siendo una de las periodistas del programa del corazón (prensa rosa) de Antena 3 TV, trabajo que compagina con el de la revista Lecturas. Se casó a solo 1 mes de aprobarse el matrimonio homosexual en España. Con un padre que le dio una lección de amor tan grande, que a partir de ahí, nunca más daría explicaciones sobre su vida privada a nadie. Entrevista Revista Sales (Barcelona)


—¿Cómo ha cambiado la prensa del corazón en los últimos años?
—La prensa escrita no ha cambiado. La TV, sí. No me canso de repetirlo, una cosa es el corazón televisivo y otra la prensa del corazón. Estamos en unos momentos muy delicados en los que ya vale todo, se dice todo lo que se quiere decir, en unas cadenas más que en otras.

—¿Crees que tiene que haber un límite?
—Tiene que haber un cambio. Pero un cambio a partir de los propios periodistas, a partir de nosotros mismos. No estoy de acuerdo con que me vuelvan a poner una mordaza. Yo ya la tuve en los años 70, cuando vivía Franco. Creo que el punto final lo tenemos que poner nosotros, los
periodistas. Y también las cadenas, las empresas televisivas. Yo puedo decir no entrevisto a este señor, pero si mi programa lo lleva, me quedan dos opciones, o callar la boca o levantarme e irme. Creo que el problema está en que las cadenas los llevan, los productores los contratan y
el público lo ve.
Y sin embargo, a pesar de la tele y a pesar del circo en que asegura se han convertido algunos programas, Chelo no es un descubrimiento ni un producto televisivo.
“A mí me llamaron para hacer tele hace nueve años, la TV es un accidente en mi vida y estaré mientras dure. Luego me iré y seguiré con la prensa del corazón”.
Porque la prensa del corazón es su trabajo, un trabajo en el que lleva más de 30 años y en el que comenzó, de casualidad, cuando, a los 17 años, le propusieron hacer radio.
—Era la época en que las chicas hacían el servicio social y a mí me tocó ir a cuidar enfermos. Fue entonces cuando mentí por primera vez. Como yo iba a esquiar, hice ver que me había roto la mano izquierda, porque no quería ir a un asilo a cuidar enfermos. Y entonces me mandaron
a guardar discos en una emisora de radio, La Voz del Miño. Cuando llegué, el director me oyó hablar y me preguntó que si, además de guardar discos, quería hacer un programa de radio. Yo tenía 17 años, me pusieron ante un micrófono e hice la prueba para un espacio de discos dedicados. Volví a casa y, al día siguiente, el director no estaba, de manera que guardé los discos y me fui. Aquella misma noche, me llamó a casa preguntándome que cómo es que no me había quedado, porque el programa, me dijo, se tenía que presentar. “Hall de la juventud”, se llamaba. Estuve tres años presentándolo. Lo hacía todo. Y de allí, di el salto a Barcelona, a Radio Miramar.
Así, gracias a una mentira y a una voz, empezó todo. Y desde entonces hasta ahora la vida profesional de Chelo ha pasado por numerosos medios y su figura se ha ido haciendo cada vez más y más popular hasta el punto de que, hoy, ella es, en cierta medida, una famosa del corazón.
Y como tal, es blanco de rumores, dimes y diretes que van desde su confirmada relación
con José Manuel Parada hasta su actual situación de mujer casada… con otra mujer.

—¿Cuándo descubriste que también te gustaban las mujeres?
—A los 28 años. Mi pareja de aquel momento, que era un hombre, estaba muy preocupado por mi reacción al ver que me gustaba una mujer, y yo, la verdad, reaccioné muy bien: mira, me gusta el vino tinto y me gusta el vino rosado. Ya está. Creo que si yo ahora dejara a mi pareja tendría una relación con un hombre.

—Entonces, ¿has salido del armario con tu familia?
—Mi padre un día me lo preguntó y ese fue uno de los días más importantes de mi vida. Te hablo de hace más de 20 años. Me preguntó que si era verdad, yo le dije que sí. Me dio una lección de amor tan grande que a partir de ahí dije que nunca más daría explicaciones sobre mi vida privada a nadie. Mi hermano lo ha entendido perfectamente. Pero nunca he ido con un
cartel. Y si no hago públicas muchas cosas de mi vida privada es porque a mi pareja le supondría un conflicto familiar.
No es libre para decir estoy con esta persona y me he casado.

—¿Has sido de las primeras en casarte, no?
—Me casé el 8 de agosto del año pasado, sí, y la ley se aprobó en julio.

—¿Por qué te casaste?
—Me casaron —ríe— fue una sorpresa.

Fuente-noticiasglbt
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