Wednesday, March 07, 2007
Gobierno de Italia dividido por proyecto derechos homosexuales
Paola Binetti dice que la homosexualidad es una "desviación." Franco Grillini es abierta y orgullosamente gay. El problema para el primer ministro de Italia, Romano Prodi, es que ambos son legisladores en su coalición de centroizquierda.
La división sobre los derechos homosexuales es un conflicto constante en la coalición de Prodi, que abarca desde católicos a comunistas. El martes irá al Parlamento un proyecto de ley que le daría derechos a las parejas no casadas, incluyendo las gays.
"Esto será complicado," dijo el profesor James Walston, titular del departamento de relaciones internacionales de la Universidad Americana de Roma.
"Es una lucha entre la Iglesia y las fuerzas seculares, la división que siempre afectó a Italia," agregó.
Las tensiones internas aumentaron recientemente cuando Binetti, integrante del grupo católico conservador Opus Dei, dijo en un programa televisivo de entrevistas que la "homosexualidad es una desviación de la personalidad." En la misma emisión, Grillini la llamó "racista."
Prodi renunció el mes pasado luego de que detractores izquierdistas forzaron a su gobierno a perder una votación sobre política exterior en el Senado. Para salir de la crisis y seguir como primer ministro, les pidió a los líderes de su coalición de nueve partidos que firmen un nuevo plan de 12 puntos.
El borrador del proyecto, que el gabinete aprobó a principios de febrero, estuvo notablemente fuera del plan. Prodi dijo que el asunto estaba ahora en manos del Parlamento, pero prometió a sus aliados izquierdistas que "no se lo arrojó por la borda."
Sin embargo, enfrentado a la oposición de la Iglesia Católica, muchos observadores piensan que si pasa el Parlamento, estará tan suavizado que emergerá de manera irreconocible.
Monseñor Elio Sgrecia, máxima autoridad del Vaticano para asuntos éticos, dijo a los católicos esta semana que tienen el deber de destruir el proyecto porque "va en contra de la ley natural."
La ley garantiza derechos a parejas de hecho tanto hétero como homosexuales en áreas como herencia y cuidado de la salud.
Prodi, un católico practicante, y otros que apoyan el proyecto, han dicho que la iglesia no tiene nada que temer.
"La ley no intenta reemplazar a la familia o competir con el matrimonio," detalló el martes a un periódico Anna Finocchiaro, responsable disciplinaria de dos grandes partidos izquierdistas en el Senado.
Pero Enzo Carra, uno de los llamados "teodems" (demócratas teológicos) católicos en la coalición, prometió que los legisladores de su religión "harán lo posible para enterrar esto de una vez por todas."
Políticos católicos temen que el proyecto sea un "caballo de Troya" para eventualmente permitir el matrimonio homosexual, y el ministro de Justicia centrista, Clemente Mastella, se comprometió a combatirlo en el Parlamento. Por Philip Pullilla en REUTERS
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Paola Binetti dice que la homosexualidad es una "desviación." Franco Grillini es abierta y orgullosamente gay. El problema para el primer ministro de Italia, Romano Prodi, es que ambos son legisladores en su coalición de centroizquierda.
La división sobre los derechos homosexuales es un conflicto constante en la coalición de Prodi, que abarca desde católicos a comunistas. El martes irá al Parlamento un proyecto de ley que le daría derechos a las parejas no casadas, incluyendo las gays.
"Esto será complicado," dijo el profesor James Walston, titular del departamento de relaciones internacionales de la Universidad Americana de Roma.
"Es una lucha entre la Iglesia y las fuerzas seculares, la división que siempre afectó a Italia," agregó.
Las tensiones internas aumentaron recientemente cuando Binetti, integrante del grupo católico conservador Opus Dei, dijo en un programa televisivo de entrevistas que la "homosexualidad es una desviación de la personalidad." En la misma emisión, Grillini la llamó "racista."
Prodi renunció el mes pasado luego de que detractores izquierdistas forzaron a su gobierno a perder una votación sobre política exterior en el Senado. Para salir de la crisis y seguir como primer ministro, les pidió a los líderes de su coalición de nueve partidos que firmen un nuevo plan de 12 puntos.
El borrador del proyecto, que el gabinete aprobó a principios de febrero, estuvo notablemente fuera del plan. Prodi dijo que el asunto estaba ahora en manos del Parlamento, pero prometió a sus aliados izquierdistas que "no se lo arrojó por la borda."
Sin embargo, enfrentado a la oposición de la Iglesia Católica, muchos observadores piensan que si pasa el Parlamento, estará tan suavizado que emergerá de manera irreconocible.
Monseñor Elio Sgrecia, máxima autoridad del Vaticano para asuntos éticos, dijo a los católicos esta semana que tienen el deber de destruir el proyecto porque "va en contra de la ley natural."
La ley garantiza derechos a parejas de hecho tanto hétero como homosexuales en áreas como herencia y cuidado de la salud.
Prodi, un católico practicante, y otros que apoyan el proyecto, han dicho que la iglesia no tiene nada que temer.
"La ley no intenta reemplazar a la familia o competir con el matrimonio," detalló el martes a un periódico Anna Finocchiaro, responsable disciplinaria de dos grandes partidos izquierdistas en el Senado.
Pero Enzo Carra, uno de los llamados "teodems" (demócratas teológicos) católicos en la coalición, prometió que los legisladores de su religión "harán lo posible para enterrar esto de una vez por todas."
Políticos católicos temen que el proyecto sea un "caballo de Troya" para eventualmente permitir el matrimonio homosexual, y el ministro de Justicia centrista, Clemente Mastella, se comprometió a combatirlo en el Parlamento. Por Philip Pullilla en REUTERS
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