Thursday, March 08, 2007
Lesbianas y pornografía
El tema da para mucho, desde elaboradas teorías abstractas que poco entenderíamos hasta incluso explicarnos por qué los obreros de la construcción o más de algún personaje masculino-testosterónico, muestra ese gesto sexual indeseable cuando las lesbianas evidencian su preferencia sexual.
El término pornografía procede del griego: porne es "prostituta" y grafía, "descripción", es decir, "descripción de una prostituta" y, por extensión, de las actividades propias de su oficio, visión que se aleja el honor de las mujeres y, en esta caso particular, de las lesbianas.
Tomando en cuenta esta definición, no sólo la mujer ha visto su imagen en detrimento y cosificación, sino que también las lesbianas, al ser utilizadas como sirvientas del deseo sexual de quienes frecuentan la pornografía. Cubiertas de ese halo excesivo de la “mina-cachonda-hetero”, las lesbianas se han visto representadas como objetos sexuales para quienes no representan el más mínimo interés para nosotras: el hombre.
“Nosotras sabemos que si nos damos un beso delante de un tipo, lo que vamos a causar es que se caliente y para eso, mejor andamos piolas” - cuentan Susana y su pareja, quienes, para evitar levantar el morbo, dejan los afectos para lugares cómodos e íntimos.
La proliferación de la Internet en “cualquier parte y a cualquier hora”, incluso en sistema WAP (telefónico), permiten el rápido acceso a páginas pornográficas. En muchas de ellas, estas “lesbianas” son las más cotizadas por los hombres. Casi siempre son mujeres voluptuosas, de amplias caderas y que simulan un acto sexual que nada tiene que ver con la realidad de una relación sexual lesbiana. Sin duda, ese acto es la típica representación de lo que sería un acto sexual heterosexual ¿Tan poca imaginación o es lo que todas y todos aprendemos?.
Pero qué hay detras de todo eso ¿envidia? ¿Imposibilidad?. “Los hombres más allá de ser lesbofóbicos, le tienen miedo a sus propios actos, eso explica ese rechazo a los gays y esa tendencia a aceptar, de una manera morbosa a veces, el lesbianismo”- indica Carola.
A nuestro parecer merece una investigación más a fondo. “El contexto pornográfico es unilateral, egoísta y no están pensando en nada más que ellos y para ellos. En este caso, remite a la masturbación, la cual necesita de un estímulo. El tema de sentir placer es independiente del tacto, de los sentidos, se puede imaginar y al imaginar completan historias al ver a dos mujeres, pero también pasa por un tema de por qué las mujeres que hacen pornografía permiten esto” - trata de explicarse la psicóloga, Andrea Fuentes.
Podríamos enumerar tantas razones de por qué, verdadera y literalmente, las lesbianas no representan “reciprocidad pornográfica”. Según las consultas que hicimos a la comunidad lésbica, algunas de ellas son:
1.- Las lesbianas opinan que lo más evidente es amar a las mujeres, que el referente es Lesbos, donde la poeta Safo hacía hermana a sus discípulas en un ambiente que no conocía los “constructos sociales” y que, naturalmente, resquebrajamos, al ser lo NO tradicional.
2.- La ambigüedad lésbica les ha lanzado un match point, teniendo en cuenta que la imagen social proyectada dista de la imaginada por ellos en aquella fantasía del “sueño del pibe”(hombre con dos mujeres). Varias confesaron ser molestadas en discoteques por parejas heterosexuales invitándolas a formar el "trío", con la típica excusa de la mujer heterosexual, justificando un "es que mi marido me lo pide".
3.- Es muy raro que algún hombre pase indiferente frente a las lesbianas. Muchas se preguntaron ¿competencia? o ¿fantasía? He ahí que la lesbofobia representa el deseo que no se puede cumplir teniendo en cuenta el “poder histórico” que se ha autotelado el hombre. Ya el control no parte de él.
4.- Finalmente, las lesbianas dicen que simplemente no hay respeto por la mujer, "menos la misma mujer-hetero que se condiciona para así anular años y años de lucha por, mínimo, la igualdad de derechos", indican.
Según la profesional Andrea Fuentes, “el hombre piensa que las mujeres no están disfrutando como disfrutarían con él, no se ponen en el rol de la mujer, están disfrutando de lo que no existe para la mujer, disfrutando de ese juego ególatra de pensar que son necesarios. Ningún hombre piensa que una mujer puede sentir placer con otra mujer y no piensan en que dos mujeres se bastan”, argumenta.
Entender la sexualidad es tan difícil como entender la ubicación de las constelaciones. ¿Quién protege y resguarda la imagen de la mujer de la pornografía? ¿alguien fiscaliza? imposible porque es parte de un sistema que genera millone y millones de pesos a una industria que le da de comer a esas mismas mujeres. Tal vez, las lesbianas tienen que tomar conciencia de lo que valen como personas y mujeres. ¿Podría fiscalizar alguien cuando hablamos que los conductos de creación de estas imágenes, en su mayoría, son realizadas por hombres o ideadas por ellos, pero también apoyadas por nuestras congéneres hembras?. Quizás ya es hora de tomar cartas en el asunto.
Fuente-Rompiendo el silencio
El tema da para mucho, desde elaboradas teorías abstractas que poco entenderíamos hasta incluso explicarnos por qué los obreros de la construcción o más de algún personaje masculino-testosterónico, muestra ese gesto sexual indeseable cuando las lesbianas evidencian su preferencia sexual.
El término pornografía procede del griego: porne es "prostituta" y grafía, "descripción", es decir, "descripción de una prostituta" y, por extensión, de las actividades propias de su oficio, visión que se aleja el honor de las mujeres y, en esta caso particular, de las lesbianas.
Tomando en cuenta esta definición, no sólo la mujer ha visto su imagen en detrimento y cosificación, sino que también las lesbianas, al ser utilizadas como sirvientas del deseo sexual de quienes frecuentan la pornografía. Cubiertas de ese halo excesivo de la “mina-cachonda-hetero”, las lesbianas se han visto representadas como objetos sexuales para quienes no representan el más mínimo interés para nosotras: el hombre.
“Nosotras sabemos que si nos damos un beso delante de un tipo, lo que vamos a causar es que se caliente y para eso, mejor andamos piolas” - cuentan Susana y su pareja, quienes, para evitar levantar el morbo, dejan los afectos para lugares cómodos e íntimos.
La proliferación de la Internet en “cualquier parte y a cualquier hora”, incluso en sistema WAP (telefónico), permiten el rápido acceso a páginas pornográficas. En muchas de ellas, estas “lesbianas” son las más cotizadas por los hombres. Casi siempre son mujeres voluptuosas, de amplias caderas y que simulan un acto sexual que nada tiene que ver con la realidad de una relación sexual lesbiana. Sin duda, ese acto es la típica representación de lo que sería un acto sexual heterosexual ¿Tan poca imaginación o es lo que todas y todos aprendemos?.
Pero qué hay detras de todo eso ¿envidia? ¿Imposibilidad?. “Los hombres más allá de ser lesbofóbicos, le tienen miedo a sus propios actos, eso explica ese rechazo a los gays y esa tendencia a aceptar, de una manera morbosa a veces, el lesbianismo”- indica Carola.
A nuestro parecer merece una investigación más a fondo. “El contexto pornográfico es unilateral, egoísta y no están pensando en nada más que ellos y para ellos. En este caso, remite a la masturbación, la cual necesita de un estímulo. El tema de sentir placer es independiente del tacto, de los sentidos, se puede imaginar y al imaginar completan historias al ver a dos mujeres, pero también pasa por un tema de por qué las mujeres que hacen pornografía permiten esto” - trata de explicarse la psicóloga, Andrea Fuentes.
Podríamos enumerar tantas razones de por qué, verdadera y literalmente, las lesbianas no representan “reciprocidad pornográfica”. Según las consultas que hicimos a la comunidad lésbica, algunas de ellas son:
1.- Las lesbianas opinan que lo más evidente es amar a las mujeres, que el referente es Lesbos, donde la poeta Safo hacía hermana a sus discípulas en un ambiente que no conocía los “constructos sociales” y que, naturalmente, resquebrajamos, al ser lo NO tradicional.
2.- La ambigüedad lésbica les ha lanzado un match point, teniendo en cuenta que la imagen social proyectada dista de la imaginada por ellos en aquella fantasía del “sueño del pibe”(hombre con dos mujeres). Varias confesaron ser molestadas en discoteques por parejas heterosexuales invitándolas a formar el "trío", con la típica excusa de la mujer heterosexual, justificando un "es que mi marido me lo pide".
3.- Es muy raro que algún hombre pase indiferente frente a las lesbianas. Muchas se preguntaron ¿competencia? o ¿fantasía? He ahí que la lesbofobia representa el deseo que no se puede cumplir teniendo en cuenta el “poder histórico” que se ha autotelado el hombre. Ya el control no parte de él.
4.- Finalmente, las lesbianas dicen que simplemente no hay respeto por la mujer, "menos la misma mujer-hetero que se condiciona para así anular años y años de lucha por, mínimo, la igualdad de derechos", indican.
Según la profesional Andrea Fuentes, “el hombre piensa que las mujeres no están disfrutando como disfrutarían con él, no se ponen en el rol de la mujer, están disfrutando de lo que no existe para la mujer, disfrutando de ese juego ególatra de pensar que son necesarios. Ningún hombre piensa que una mujer puede sentir placer con otra mujer y no piensan en que dos mujeres se bastan”, argumenta.
Entender la sexualidad es tan difícil como entender la ubicación de las constelaciones. ¿Quién protege y resguarda la imagen de la mujer de la pornografía? ¿alguien fiscaliza? imposible porque es parte de un sistema que genera millone y millones de pesos a una industria que le da de comer a esas mismas mujeres. Tal vez, las lesbianas tienen que tomar conciencia de lo que valen como personas y mujeres. ¿Podría fiscalizar alguien cuando hablamos que los conductos de creación de estas imágenes, en su mayoría, son realizadas por hombres o ideadas por ellos, pero también apoyadas por nuestras congéneres hembras?. Quizás ya es hora de tomar cartas en el asunto.
Fuente-Rompiendo el silencio
Comments:
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La pornografía masculina y la femenina distan mucho. La pornografía comercial sólo está dirigida a su máximo consumidor, el hombre.
Las mujeres nos exitamos más con unas palabras, un beso o una caricia, que cualquier película.
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Las mujeres nos exitamos más con unas palabras, un beso o una caricia, que cualquier película.
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