Saturday, May 26, 2007
Adicción al sexo ¿existe?
Un hombre demandó a la compañía que lo empleaba por US$5 millones luego de haber sido despedido por visitar sitios porno en internet mientras estaba en el trabajo.
James Pacenza sostiene que sufre de "adicción al sexo" y que sus jefes deberían haberle mostrado comprensión en lugar de la puerta.
James Pacenza sostiene que sufre de "adicción al sexo" y que sus jefes deberían haberle mostrado comprensión en lugar de la puerta.
¿Pero la adicción sexual es una condición psicológica genuina o una excusa fácil?
El sexo se ha sumado recientemente al juego, el consumo e incluso el chocolate en una larga lista de cosas a las que algunos pacientes dicen tener una profunda dependencia psicológica.
En los Estados Unidos, particularmente, es una condición que ahora está reconocida, con celebridades como el actor Michael Douglas ingresando a una clínica de Hollywood para ser tratado, y docenas de revistas científicas publicando artículos sobre el tema.
Aunque todavía existen personas que se oponen a tratarlo como una condición, establecimientos médicos respetables como la Clínica Mayo ofrecen consejos sobre la adicción al sexo en su sitio en internet, describiendo a los adictos como gente que pasa "excesiva cantidad de tiempo" en actividades vinculadas al sexo y descuidan otros aspectos de su vida diaria.
En el otro lado del Atlántico, sin embargo, la adicción al sexo no está establecida firmemente como un tema de discusión entre doctores y psicólogos.
Uno de los que cree en ella es el doctor Geoff Hackett, presidente de la Sociedad Británica de Medicina Sexual.
Él considera que sería muy extraño en el Reino Unido que alguien quejándose de esta condición pudiera recibir tratamiento.
"Sería muy difícil para un paciente que percibe que sufre este problema encontrar ayuda en el NHS (sistema de salud público). Tal vez haya dos o tres personas en todo Inglaterra que poseen el conocimiento necesario para tratarlo".
Percepción cultural, no desórden psicológico
Hackett dice que otros proyectos menos controvertidos, como un estudio que sugiere que más del 30% de las mujeres sufre "un deseo sexual anormalmente poco activo", han caído en oídos sordos entre los comités que financian investigaciones.
Entonces, es muy difícil que una investigación sobre la idea de hombres y mujeres adictos al sexo pueda prosperar.
"En los EE.UU. tiene ciertamente cierto reconocimiento, pero en el Reino Unido es complicado que cualquier nueva teoría sobre desórdenes sexuales sea aceptada", dijo Hackett.
Pero no todos están completamente convencidos de que se trate de una condición sexual.
El doctor Ian Banks, presidente del Foro de Salud Masculina y médico en actividad, sospecha que la adicción al sexo puede tener más que ver con un cambio cultural en la forma en que se ve el sexo más que en un problema psicológico.
"Siempre existió un amplio margen de niveles de lívido en la sociedad; un elevado lívido puede ser aceptable en un país e inaceptable en otro, como EE.UU.", opina Banks.
"Parte del problema es que, mientras en casos de escaso instinto sexual podemos en muchas ocasiones identificar una condición médica en el origen del problema, no estoy al tanto de ninguna condición médica que contribuya a un lívido muy elevado".
"Mi sensación es que esto es un reflejo de las sociedades en las que vivimos. A veces existe una enorme y horrible presión en la gente para que cumpla con las normas sexuales", concluyó Banks. Fuente: BBC Mundo
"En los EE.UU. tiene ciertamente cierto reconocimiento, pero en el Reino Unido es complicado que cualquier nueva teoría sobre desórdenes sexuales sea aceptada", dijo Hackett.
Pero no todos están completamente convencidos de que se trate de una condición sexual.
El doctor Ian Banks, presidente del Foro de Salud Masculina y médico en actividad, sospecha que la adicción al sexo puede tener más que ver con un cambio cultural en la forma en que se ve el sexo más que en un problema psicológico.
"Siempre existió un amplio margen de niveles de lívido en la sociedad; un elevado lívido puede ser aceptable en un país e inaceptable en otro, como EE.UU.", opina Banks.
"Parte del problema es que, mientras en casos de escaso instinto sexual podemos en muchas ocasiones identificar una condición médica en el origen del problema, no estoy al tanto de ninguna condición médica que contribuya a un lívido muy elevado".
"Mi sensación es que esto es un reflejo de las sociedades en las que vivimos. A veces existe una enorme y horrible presión en la gente para que cumpla con las normas sexuales", concluyó Banks. Fuente: BBC Mundo
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