Thursday, November 22, 2007

 
Rufus Wainwright



Teatrero. Genial. Amanerado. Divertido. Megalómano. Ocurrente. Engolado. Con ustedes, Rufus Wainwright, la nueva estrella del pop para adultos. Un showman sin pelos en la lengua que luce boas de plumas en escena con la misma soltura con que pone los pelos de punta a la audiencia cuando se sienta al piano y canta "estoy tan harto de ti, América". Nació hace 34 años en Nueva York, pero se crió en Canadá. Entretiene, pero sobre todo conmueve. Famoso entre los músicos antes que entre el gran público, se metió a la crítica en el bolsillo en 2003, cuando publicó Want one, disco con el que reinventó el pop barroco. Un trabajo que todo amante de la música debería tener en su discoteca.

Es 12 de octubre y estamos en la Literary & Philosophical Society, una bonita biblioteca de Newcastle, una ciudad al noreste de Inglaterra cuyos habitantes te llaman pet (mascota) a la primera de cambio. Uno de los puntos del globo a los que le ha llevado la gira de su último disco, Release the stars, y que este mes tiene cinco paradas en España. "Un espectáculo a lo grande en recintos íntimos", en palabras del propio Rufus, que añade: "Si vendiera un montón de discos, como Madonna, sería perfecto, pero no es el caso y me estoy arruinando. Me siento como David Bowie en la época de Ziggy Stardust. Era el más grande y también el más pobre".
Charlar con Rufus es entretenidísimo. Para él no hay preguntas incómodas. Y su vida da para muchas. Hablemos, por ejemplo, de cuando le violaron. A los 14 años, obsesionado por su recién descubierta inclinación sexual, empezó a frecuentar bares de ambiente. "Me dediqué a jugar con fuego. Era una lolita. Me acercaba a quien me gustaba y le preguntaba si quería acostarse conmigo". Mantuvo relaciones consentidas con muchos adultos, pero en una ocasión la cosa se le fue de las manos: una de sus conquistas le violó en un parque e intentó estrangularle. Rufus se salvó simulando un ataque de epilepsia. "Tardé diez años en poder hablar de ello, aunque ahora opino que todos me violaron un poco. Aunque el sexo era consentido, si tienes 20 años y un chico de 14 te pregunta si quieres acostarte con él... En fin, tienes que decir que no. Pero no me arrepiento. Estaba hambriento de conocimiento, como Eva". Lea Más en El País

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