Friday, January 25, 2008

 
La ceguera científica del Papa


El aborto, la utilización del preservativo para frenar la expansión del sida o la clonación terapéutica son algunos de los temas de salud, entre otros, que no agradan a la Iglesia católica, que no suele ver con muy buenos ojos aquellos asuntos que tienen que ver más con la obra de los científicos que con la de Dios. Un editorial de la revista 'The Lancet' analiza la actitud del Papa Benedicto XVI ante las cuestiones científicas y saludables.
Recientemente el pontífice tuvo que cancelar un discurso en la Universidad La Sapienza de Roma debido a las protestas generadas por su defensa de la actuación de la Iglesia Católica en el juicio por herejía a Galileo en 1663 y tuvo que escuchar las críticas de quienes le acusaban de estar en contra de la ciencia.
Sin embargo, el editorial de la prestigiosa revista médica considera que esta situación fue un poco injusta y reconoce que "en los tres años que lleva de pontificado, Benedicto XVI ha dado varias muestras de apoyar la ciencia".
Para corroborar esta información el artículo cita, por ejemplo, que en 2006 el Vaticano patrocinó una conferencia científica sobre el cambio climático y también recoge una declaración realizada por el Papa, en la que afirma que "existen muchas pruebas científicas a favor de la evolución".
Sin embargo, esta visión más positiva y abierta hacia la ciencia no tiene su reflejo en el terreno de la salud global, un campo en el que Benedicto XVI ha hecho declaraciones menos favorables. Además, sigue manteniendo la oposición de la Iglesia ante el aborto y los condones para prevenir el sida y, hasta la fecha, no ha dado ningún signo de que quiera cambiarlas, aunque sí encargó un estudio científico y moral sobre los preservativos.
No obstante, no todos los fieles, los más de 1.000 millones de católicos que existen en el mundo, están de acuerdo con la postura de su máximo dirigente. Muchos de ellos, incluidos algunos clérigos como el arzobispo emérito de Milán Carlo María Martini han expresado en voz alta que son conscientes de "la importancia que tienen los condones para hacer frente a la lucha contra el sida".
También saben que cada año, 68.000 mujeres mueren en el mundo por abortos mal practicados y piensan que su legislación podría reducir el número de fallecimientos provocados por los abortos ilegales.
Según los autores de 'The Lancet', son estas posturas de algunos católicos las que nos recuerdan que "la ciencia y la religión no son incompatibles" y concluyen que "el diálogo entre los científicos y los líderes católicos debe estar siempre abierto, incluso cuando discrepen en sus interpretaciones".

Fuente: El Mundo
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