Saturday, August 09, 2008
Ser gay está bien…
Cuando en 2006 ganó la reelección a la alcaldía de Berlín, la foto le dio la vuelta al mundo. Como menciona un artículo del semanario alemán Der Spiegel, “abrazar a tu esposa o esposo para las cámaras después de ganar una elección es un procedimiento de rutina para los políticos”. Y eso mismo hizo Klaus Wowereit, abogado de 54 años, al abrazar emotivamente a su pareja Jörn Kubicki, neurocirujano de 42 años, en un evento de los socialdemócratas alemanes para celebrar su reelección.
Wowereit no reúne aún a miles de personas en sus discursos al aire libre en Berlín, como recientemente lo hizo el fenómeno Obama, pero para muchos el alcalde se está convirtiendo en el más viable candidato para contender por el puesto de la canciller Angela Merkel en 2009, debido sobre todo a su gran popularidad en la capital alemana y a los resultados que ha dado desde que llegó por primera vez a la alcaldía berlinesa en 2001, haciendo historia al convertirse en el primer político abiertamente homosexual en llegar a ese puesto.
Para sus detractores, Wowereit es un político superficial, un hombre al que le gusta la fiesta y que parece más preocupado por organizar la marcha del orgullo gay de Berlín, que por bajar el índice de desempleo en su ciudad, pero su índice de aprobación supera el 60% y los berlineses respaldan la labor que ha hecho para reducir el déficit de la ciudad y por revitalizar la escena cultural de la urbe germana.
Para los socialdemócratas alemanes este no es un buen momento. Las encuestas actualmente les son adversas para las próximas elecciones y su actual líder nacional, Kart Beck, es de los políticos menos populares en Alemania. Por ello, la reciente visita de Barack Obama a Alemania hizo que muchos socialdemócratas se preguntaran si podían encontrar en el universo político alemán a una figura de carisma similar y que pueda rescatar a su partido y llevarlo a ganar las elecciones en 2009 o en 2013, terminando así con la gran coalición con los democratacristianos.
El alcalde, como casi todos los políticos del mundo, prefiere no quemar sus cartas en este momento y niega cualquier aspiración política para 2009. El año pasado le dijo a Der Spiegel que sólo le interesa llegar a 2011, año en que termina su cargo, con un buen índice de aprobación. Sin embargo, apenas en septiembre de 2007 el abogado publicó sus memorias, que en su título juegan con uno de los lemas de su campaña electoral de 2001 “(Sí, soy gay)… Y está bien… Mi vida en la política”, lo que parece ser un signo de que sí está interesado en su futuro político.
En el sistema político alemán no hay elecciones primarias para elegir a candidatos. La persona que buscará suceder a Merkel en 2009 por parte del Partido Social Demócrata será elegida por el líder nacional del partido y Beck ha mencionado en diversas ocasiones que él quiere ser el candidato.
No obstante, hay un sector en ese partido que cada vez cobra más fuerza, que apoya fervientemente la candidatura de Wowereit como una especie de Obama alemán y los números los respaldan. De acuerdo con una encuesta realizada por el instituto Infratest-dimap, Wowi, como le llaman los alemanes, empata en primer lugar de popularidad nacional con Matthias Platzeck, otra estrella en ascenso socialdemócrata.
Wowereit y el alcalde parisino Bertrand Delanoë son dos de los políticos abiertamente gays europeos que podrían llegar a dirigir a sus países en el corto plazo. En su trabajo diario, ambos luchan por no ser catalogados como el “político gay” y mejor demostrar su habilidad política. Si cualquiera de los dos llega a dirigir el destino de su país, se convertiría en el primer líder mundial abiertamente gay, con lo que podrían desencadenar una “revolución política del arcoiris” en Europa. Por ahora, Wowi es la estrella berlinesa, pero aún le falta demostrar que puede superar su apodo de hijo predilecto de Berlín y convencer a todos los alemanes de que en la política alemana ser gay está bien… Por Genaro Lozano en Excelsior
Wowereit no reúne aún a miles de personas en sus discursos al aire libre en Berlín, como recientemente lo hizo el fenómeno Obama, pero para muchos el alcalde se está convirtiendo en el más viable candidato para contender por el puesto de la canciller Angela Merkel en 2009, debido sobre todo a su gran popularidad en la capital alemana y a los resultados que ha dado desde que llegó por primera vez a la alcaldía berlinesa en 2001, haciendo historia al convertirse en el primer político abiertamente homosexual en llegar a ese puesto.
Para sus detractores, Wowereit es un político superficial, un hombre al que le gusta la fiesta y que parece más preocupado por organizar la marcha del orgullo gay de Berlín, que por bajar el índice de desempleo en su ciudad, pero su índice de aprobación supera el 60% y los berlineses respaldan la labor que ha hecho para reducir el déficit de la ciudad y por revitalizar la escena cultural de la urbe germana.
Para los socialdemócratas alemanes este no es un buen momento. Las encuestas actualmente les son adversas para las próximas elecciones y su actual líder nacional, Kart Beck, es de los políticos menos populares en Alemania. Por ello, la reciente visita de Barack Obama a Alemania hizo que muchos socialdemócratas se preguntaran si podían encontrar en el universo político alemán a una figura de carisma similar y que pueda rescatar a su partido y llevarlo a ganar las elecciones en 2009 o en 2013, terminando así con la gran coalición con los democratacristianos.
El alcalde, como casi todos los políticos del mundo, prefiere no quemar sus cartas en este momento y niega cualquier aspiración política para 2009. El año pasado le dijo a Der Spiegel que sólo le interesa llegar a 2011, año en que termina su cargo, con un buen índice de aprobación. Sin embargo, apenas en septiembre de 2007 el abogado publicó sus memorias, que en su título juegan con uno de los lemas de su campaña electoral de 2001 “(Sí, soy gay)… Y está bien… Mi vida en la política”, lo que parece ser un signo de que sí está interesado en su futuro político.
En el sistema político alemán no hay elecciones primarias para elegir a candidatos. La persona que buscará suceder a Merkel en 2009 por parte del Partido Social Demócrata será elegida por el líder nacional del partido y Beck ha mencionado en diversas ocasiones que él quiere ser el candidato.
No obstante, hay un sector en ese partido que cada vez cobra más fuerza, que apoya fervientemente la candidatura de Wowereit como una especie de Obama alemán y los números los respaldan. De acuerdo con una encuesta realizada por el instituto Infratest-dimap, Wowi, como le llaman los alemanes, empata en primer lugar de popularidad nacional con Matthias Platzeck, otra estrella en ascenso socialdemócrata.
Wowereit y el alcalde parisino Bertrand Delanoë son dos de los políticos abiertamente gays europeos que podrían llegar a dirigir a sus países en el corto plazo. En su trabajo diario, ambos luchan por no ser catalogados como el “político gay” y mejor demostrar su habilidad política. Si cualquiera de los dos llega a dirigir el destino de su país, se convertiría en el primer líder mundial abiertamente gay, con lo que podrían desencadenar una “revolución política del arcoiris” en Europa. Por ahora, Wowi es la estrella berlinesa, pero aún le falta demostrar que puede superar su apodo de hijo predilecto de Berlín y convencer a todos los alemanes de que en la política alemana ser gay está bien… Por Genaro Lozano en Excelsior