Thursday, March 12, 2009
A la vejez... VIH
Cuando a la abogada brasileña Beatriz Pacheco sus médicos le preguntaron si podían hacerle la prueba del VIH, después de llevar un año sintiéndose mal, ella se rió. Una mujer de su edad -cerca de los 50- y felizmente casada no podía estar infectada. Error. El test dio positivo. Su segundo marido, que había muerto de hepatitis y había recibido muchas transfusiones de sangre le transmitió el virus. Superada la sorpresa inicial, Pacheco descubrió que "hay muchas personas mayores con VIH, un hecho que nunca mencionan las campañas ni las estadísticas oficiales".
La historia de esta letrada, que recoge el último boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un ejemplo de una nueva realidad que preocupa a los expertos: el aumento de infecciones por VIH entre la población mayor de 50 años. Aunque tradicionalmente quedan fuera de las encuestas y de los estudios que se realizan sobre la epidemia, la OMS y ONUSIDA estiman que un 25% de los nuevos casos se registran en este grupo.
Un virus más joven que ellos
Por si fuera poco el susto de 'pillar' una infección que en su juventud no conocían (el virus de la inmunodeficiencia humana se descubrió hace 28 años), los especialistas del Departamento de VIH de la OMS explican además que los riesgos de contraer el virus a una edad avanzada son mayores que si se adquiere en la juventud, ya que a partir de los 50 la infección progresa más rápidamente a sida, la esperanza de vida se reduce y las complicaciones propias de la enfermedad se agravan por los achaques típicos de la edad.
Pero, ¿a qué se debe este aumento de casos en la madurez? Aunque los expertos sólo pueden hacer conjeturas, ya que no hay estudios específicos sobre el tema, creen que es una combinación de varios factores. Al hecho de que la terapia antirretroviral haya mejorado y extendido la vida de los seropositivos, que ya no se mueren como al principio de la epidemia, hay que añadir que los fármacos para la disfunción eréctil han permitido que estas personas recuperen una segunda juventud sexual y sean más activos bajo las sábanas. Es decir, ahora viven más personas con VIH y también hay más ciudadanos sexualmente activos durante más tiempo, por lo que el virus tiene más facilidades para propagarse.
Asimismo, la mucosa vaginal se estrecha con el paso de los años, lo que favorece que las mujeres sean más sensibles a la infección. "En cualquier caso, se trata de una realidad sin explorar y que debemos investigar a fondo para realizar las intervenciones pertinentes", declaran desde la OMS.
El condón no tiene edad
Desde que Beatriz Pacheco descubrió su estado -allá por 1997- no ha dejado de trabajar como activista para concienciar a la población madura de la importancia de protegerse en las relaciones sexuales. Tanto que su empeño y el de otras organizaciones lograron que el año pasado, por primera vez, el Ministerio de Salud de Brasil lanzara una campaña destinada a los mayores con el eslogan: 'El sexo no tiene edad. La protección, tampoco'.
"En Brasil y muchos otros países existe un gran prejuicio relacionado con la edad y la sexualidad. Muchos creen que las personas mayores no son sexualmente activas y consideran que el sida es una enfermedad relegada a los jóvenes", explica en el boletín de la OMS Ivo Brito, consejero del programa brasileño de Enfermedades de Transmisión Sexual y VIH del Ministerio de Salud.
Este especialista también apunta a los fármacos para la disfunción eréctil como una posible causa del aumento de infecciones de VIH, aunque no existe ninguna evidencia científica que relacione uno y otro. "El caso es que las personas mayores fueron sexualmente activas en un mundo en el que no existía el sida y ahora han recuperado el vigor sexual en un momento donde la enfermedad es una auténtica epidemia. No están acostumbrados a utilizar el preservativo y, por eso hay que insistir en recordárselo", apunta Brito.
Fuente: El Mundo
Cuando a la abogada brasileña Beatriz Pacheco sus médicos le preguntaron si podían hacerle la prueba del VIH, después de llevar un año sintiéndose mal, ella se rió. Una mujer de su edad -cerca de los 50- y felizmente casada no podía estar infectada. Error. El test dio positivo. Su segundo marido, que había muerto de hepatitis y había recibido muchas transfusiones de sangre le transmitió el virus. Superada la sorpresa inicial, Pacheco descubrió que "hay muchas personas mayores con VIH, un hecho que nunca mencionan las campañas ni las estadísticas oficiales".
La historia de esta letrada, que recoge el último boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un ejemplo de una nueva realidad que preocupa a los expertos: el aumento de infecciones por VIH entre la población mayor de 50 años. Aunque tradicionalmente quedan fuera de las encuestas y de los estudios que se realizan sobre la epidemia, la OMS y ONUSIDA estiman que un 25% de los nuevos casos se registran en este grupo.
Un virus más joven que ellos
Por si fuera poco el susto de 'pillar' una infección que en su juventud no conocían (el virus de la inmunodeficiencia humana se descubrió hace 28 años), los especialistas del Departamento de VIH de la OMS explican además que los riesgos de contraer el virus a una edad avanzada son mayores que si se adquiere en la juventud, ya que a partir de los 50 la infección progresa más rápidamente a sida, la esperanza de vida se reduce y las complicaciones propias de la enfermedad se agravan por los achaques típicos de la edad.
Pero, ¿a qué se debe este aumento de casos en la madurez? Aunque los expertos sólo pueden hacer conjeturas, ya que no hay estudios específicos sobre el tema, creen que es una combinación de varios factores. Al hecho de que la terapia antirretroviral haya mejorado y extendido la vida de los seropositivos, que ya no se mueren como al principio de la epidemia, hay que añadir que los fármacos para la disfunción eréctil han permitido que estas personas recuperen una segunda juventud sexual y sean más activos bajo las sábanas. Es decir, ahora viven más personas con VIH y también hay más ciudadanos sexualmente activos durante más tiempo, por lo que el virus tiene más facilidades para propagarse.
Asimismo, la mucosa vaginal se estrecha con el paso de los años, lo que favorece que las mujeres sean más sensibles a la infección. "En cualquier caso, se trata de una realidad sin explorar y que debemos investigar a fondo para realizar las intervenciones pertinentes", declaran desde la OMS.
El condón no tiene edad
Desde que Beatriz Pacheco descubrió su estado -allá por 1997- no ha dejado de trabajar como activista para concienciar a la población madura de la importancia de protegerse en las relaciones sexuales. Tanto que su empeño y el de otras organizaciones lograron que el año pasado, por primera vez, el Ministerio de Salud de Brasil lanzara una campaña destinada a los mayores con el eslogan: 'El sexo no tiene edad. La protección, tampoco'.
"En Brasil y muchos otros países existe un gran prejuicio relacionado con la edad y la sexualidad. Muchos creen que las personas mayores no son sexualmente activas y consideran que el sida es una enfermedad relegada a los jóvenes", explica en el boletín de la OMS Ivo Brito, consejero del programa brasileño de Enfermedades de Transmisión Sexual y VIH del Ministerio de Salud.
Este especialista también apunta a los fármacos para la disfunción eréctil como una posible causa del aumento de infecciones de VIH, aunque no existe ninguna evidencia científica que relacione uno y otro. "El caso es que las personas mayores fueron sexualmente activas en un mundo en el que no existía el sida y ahora han recuperado el vigor sexual en un momento donde la enfermedad es una auténtica epidemia. No están acostumbrados a utilizar el preservativo y, por eso hay que insistir en recordárselo", apunta Brito.
Fuente: El Mundo