Sunday, March 29, 2009
Los diarios de Susan Sontag
La búsqueda obsesiva del placer, los conflictos que le ocasionaba su homosexualidad, los motivos de su escritura, el impulso de hablar mal de los demás, su amor por Nueva York, la intimidad de Sontag se devela en sus diarios, de los que ofrecemos una selección.
31 de dic.
Escribir. Es una corrupción escribir con la intención de moralizar, para elevar los estándares morales de la gente.
Nada me impide ser una escritora con la excepción de la holgazanería. Una buena escritora.
¿Por qué es importante escribir? Principalmente por egoísmo, yo supongo. Porque quiero ser esa persona, una escritora, y no porque haya algo que tenga que decir. ¿Aunque por qué no también por eso? Con un poco de construcción del ego —como el fait accompli [hecho consumado] que es este diario— yo ganaré a través de la confianza de que [yo] tengo algo que decir, que debe ser dicho.
Mi “yo” es lastimoso, precavido, demasiado cuerdo. Los Buenos escritores son egoístas estruendosos, incluso hasta el punto de la fatuidad. Los hombres cuerdos, críticos, los corrigen —pero su salud mental es parasitaria de la creatividad fatua del genio.
Nov. 20
Nunca he sido tan exigente de nadie como lo soy de [María] I[rene Fornes. La dramaturga cubano-estadunidense]. Me da celos toda la gente que ella ve, me duele cada minuto que se aleja de mí. Pero no cuando yo la dejo y sé que ella está aquí. Mi amor la quiere incorporar totalmente, devorarla. Mi amor es egoísta.
Hoy I fue del trabajo a encontrarse con Inez en el San Remo. Ann Morrissett [periodista y dramaturga] estaba ahí. Después, el Cedar Bar. Llegó a la casa a las 12:00; yo estaba dormida… Vino a la cama, me contó de las conversaciones de esa noche, a las 2:00 me pidió apagar la luz, se quedó dormida. Yo estaba paralizada, muda, con los ojos inflamados de lágrimas, yo fumé, ella durmió.
Mi deseo de escribir está conectado con mi homosexualidad. Necesito la identidad como un arma, para estar a la altura del arma que la sociedad apunta contra mí.
No justifica mi homosexualidad. Pero me dará —creo— una licencia.
Apenas me estoy dando cuenta qué tan culpable me siento de ser gay. Con H creí que no me molestaba, pero me estaba engañando a mí misma. Le dejo saber a otras personas (como a Annette [Michelson, la catedrática en cine]) que H es mi vicio, y que aparte de ella yo no sería gay o por lo menos no lo sería principalmente.
Ser gay me hace sentir más vulnerable. - Traducción: Naief Yehy Lea más en : Milenio
La búsqueda obsesiva del placer, los conflictos que le ocasionaba su homosexualidad, los motivos de su escritura, el impulso de hablar mal de los demás, su amor por Nueva York, la intimidad de Sontag se devela en sus diarios, de los que ofrecemos una selección.
30 de diciembre de 1958
Mi relación con Harriet me desconcierta. Quiero que sea espontánea, irreflexiva, pero la sombra de sus expectativas al respecto de lo que debe ser un affaire afecta mi desenvoltura, me hace tambalearme. Ella con sus insatisfacciones románticas, yo con mis necesidades y deseos románticos… Un regalo inesperado: que ella es hermosa. Yo no la he recordado como una mujer definitivamente guapa, más bien desagradable y poco atractiva. Pero no es así, para nada. Y la belleza física es enormemente, casi morbosamente, importante para mí.
Mi relación con Harriet me desconcierta. Quiero que sea espontánea, irreflexiva, pero la sombra de sus expectativas al respecto de lo que debe ser un affaire afecta mi desenvoltura, me hace tambalearme. Ella con sus insatisfacciones románticas, yo con mis necesidades y deseos románticos… Un regalo inesperado: que ella es hermosa. Yo no la he recordado como una mujer definitivamente guapa, más bien desagradable y poco atractiva. Pero no es así, para nada. Y la belleza física es enormemente, casi morbosamente, importante para mí.
31 de dic.
Escribir. Es una corrupción escribir con la intención de moralizar, para elevar los estándares morales de la gente.
Nada me impide ser una escritora con la excepción de la holgazanería. Una buena escritora.
¿Por qué es importante escribir? Principalmente por egoísmo, yo supongo. Porque quiero ser esa persona, una escritora, y no porque haya algo que tenga que decir. ¿Aunque por qué no también por eso? Con un poco de construcción del ego —como el fait accompli [hecho consumado] que es este diario— yo ganaré a través de la confianza de que [yo] tengo algo que decir, que debe ser dicho.
Mi “yo” es lastimoso, precavido, demasiado cuerdo. Los Buenos escritores son egoístas estruendosos, incluso hasta el punto de la fatuidad. Los hombres cuerdos, críticos, los corrigen —pero su salud mental es parasitaria de la creatividad fatua del genio.
Nov. 19
La llegada del orgasmo ha cambiado mi vida. Estoy liberada, pero esa no es la manera de decirlo. Más importante: ha cerrado y limitado mis posibilidades, ha hecho las alternativas claras y definidas. Ya no estoy ilimitada, esto es: nada.
La sexualidad es el paradigma. Antes mi sexualidad era horizontal, una línea infinita capaz de ser subdividida infinitamente. Ahora es vertical; es arriba y sobre, o no es nada.
El orgasmo enfoca. Siento un deseo sexual por escribir. La llegada del orgasmo no es la salvación sino más bien el nacimiento de mi ego. No puedo escribir hasta que encuentre mi ego. El único tipo de escritor que puedo ser es aquel que se expone a sí mismo… Escribir es gastarse a sí mismo, jugarse a sí mismo. Pero hasta ahora ni siquiera me gustaba el sonido de mi propio nombre. Para escribir tengo que amar mi nombre. El escritor está enamorado de sí mismo… y hace sus libros a partir de ese encuentro y de esa violencia.
La llegada del orgasmo ha cambiado mi vida. Estoy liberada, pero esa no es la manera de decirlo. Más importante: ha cerrado y limitado mis posibilidades, ha hecho las alternativas claras y definidas. Ya no estoy ilimitada, esto es: nada.
La sexualidad es el paradigma. Antes mi sexualidad era horizontal, una línea infinita capaz de ser subdividida infinitamente. Ahora es vertical; es arriba y sobre, o no es nada.
El orgasmo enfoca. Siento un deseo sexual por escribir. La llegada del orgasmo no es la salvación sino más bien el nacimiento de mi ego. No puedo escribir hasta que encuentre mi ego. El único tipo de escritor que puedo ser es aquel que se expone a sí mismo… Escribir es gastarse a sí mismo, jugarse a sí mismo. Pero hasta ahora ni siquiera me gustaba el sonido de mi propio nombre. Para escribir tengo que amar mi nombre. El escritor está enamorado de sí mismo… y hace sus libros a partir de ese encuentro y de esa violencia.
Nov. 20
Nunca he sido tan exigente de nadie como lo soy de [María] I[rene Fornes. La dramaturga cubano-estadunidense]. Me da celos toda la gente que ella ve, me duele cada minuto que se aleja de mí. Pero no cuando yo la dejo y sé que ella está aquí. Mi amor la quiere incorporar totalmente, devorarla. Mi amor es egoísta.
Hoy I fue del trabajo a encontrarse con Inez en el San Remo. Ann Morrissett [periodista y dramaturga] estaba ahí. Después, el Cedar Bar. Llegó a la casa a las 12:00; yo estaba dormida… Vino a la cama, me contó de las conversaciones de esa noche, a las 2:00 me pidió apagar la luz, se quedó dormida. Yo estaba paralizada, muda, con los ojos inflamados de lágrimas, yo fumé, ella durmió.
Mi deseo de escribir está conectado con mi homosexualidad. Necesito la identidad como un arma, para estar a la altura del arma que la sociedad apunta contra mí.
No justifica mi homosexualidad. Pero me dará —creo— una licencia.
Apenas me estoy dando cuenta qué tan culpable me siento de ser gay. Con H creí que no me molestaba, pero me estaba engañando a mí misma. Le dejo saber a otras personas (como a Annette [Michelson, la catedrática en cine]) que H es mi vicio, y que aparte de ella yo no sería gay o por lo menos no lo sería principalmente.
Ser gay me hace sentir más vulnerable. - Traducción: Naief Yehy Lea más en : Milenio