Tuesday, March 10, 2009
Mapplethorpe, a los veinte años de su muerte
El fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe murió hace veinte años, el 9 de marzo de 1989, y su legado ha influido en el lenguaje visual de artistas contemporáneos y asimismo en la apertura de la comunidad gay.
El sida condujo hacia la muerte a Mapplethorpe, quien ya en vida consiguió su deseo: ser un referente en la Historia de la Fotografía de finales del siglo XX, sobre todo tras la polémica que generó a título póstumo su retrospectiva "The perfect moment" (El momento perfecto).
En el verano de 1989, tras su muerte, su obra fue más conocida debido a la polémica política y moral que generó la intención de la Corcoran Gallery of Art, de Washington, de abrir esa muestra.
Pero no fue posible, y además hasta el Congreso de EEUU puso en entredicho el apoyo de la Asociación Estatal de Educación Nacional (NEA, en inglés) por su financiación parcial de "El momento perfecto".
Esta oposición generó que la figura de Robert Mapplethorpe (Nueva York, 1946 - Boston, 1989) fuera reivindicada públicamente por artistas estadounidenses y se convirtiera en un símbolo de la libertad artística y de la libre opción sexual.
Pero más allá de esta controversia, la obra de Mapplethorpe es de obligado estudio por los interesados en la fotografía porque elevó al podio del arte las escenas de desnudos masculinos y femeninos, al copiar la armonía compositiva de la tradición artística clásica -desde la griega hasta la manierista.
Así, por ejemplo, su instantánea "Thomas and Dovanna" (1986) se compara con la ejecución tanto en escultura como en grabado que diversos artistas han llevado a cabo de la escena mitológica del rapto de Sabina por un romano.
Pero, ante todo Mapplethorpe vertió su talento en su sensibilidad intuitiva para captar la luz en sus dos principales etapas: en los años 70, el desnudo de sus amantes y amigos famosos, y más tarde, las flores, como sutil revelación de un erotismo alegórico y de gran elegancia de la Naturaleza vegetal primigenia.
Mapplethorpe conquistó a través de su lente la gama de grises de la piel de raza negra que le transmitieron sus modelos y en este punto es comparable con el trabajo de dos fotógrafas completamente diferentes: la germana filonazi Leni Riefenstahl y la española Isabel Muñoz.
Su educación visual en materia fotográfica fue autodidacta y entre sus maestros reconoció que le gustaba la obra de grandes clásicos como Julia Margaret Cameron, Nadar, Edward Weston, Man Ray, Cecil Beaton y F. Holland Day.
Pero en parte también se la debe a dos de sus amantes: a John McKendry, que era comisario de fotografía del Museo de Arte Metropolitano (MET, en inglés), de Nueva York, al que conoció en 1971, y a Sam Wagstaff, comisario de pintura contemporánea en el Detroit Institut of Art (DIA) y una de las personas más influyentes en su vida desde 1972.
De esta manera este ángel caído, que contó con el respaldo de personalidades influyentes, fotografió a la gente con la que intimó, desde su amiga la cantante Patti Smith hasta sus modelos favoritos: hombres de raza negra -al menos con un millar tuvo sexo, según reveló su biógrafa oficial Patricia Morrisroe- que ligaba en los clubes neoyorquinos.
En la actualidad, los fondos de las mejores colecciones privadas y pinacotecas de fotografía del mundo albergan Polaroids de Mapplethorpe y algunas siguen circulando en el mercado del arte.
Así, la casa de subastas Christie's ha convocado para el próximo 31 de marzo en Nueva York la venta de una copia de un retrato a Andy Warhol (1986) valorada entre 40.000 y 60.000 dólares o la famosa foto titulada "Ajitto" (1981) de 120.000 a 180.000 dólares.
Y también la mirada de Mapplethorpe continúa vigente entre los artistas actuales, como el español Alberto García-Alix, los cubanos René Peña y Cirenaica Moreira, las italianas Paoli Ardizzoni & Monica de Pascalis, los estadounidenses Andrés Serrano y Nan Goldin, el francés Antoine D'Agata y el japonés Nobuyoshi Araki, entre otros.
Fuente: Enewspaper
El fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe murió hace veinte años, el 9 de marzo de 1989, y su legado ha influido en el lenguaje visual de artistas contemporáneos y asimismo en la apertura de la comunidad gay.
El sida condujo hacia la muerte a Mapplethorpe, quien ya en vida consiguió su deseo: ser un referente en la Historia de la Fotografía de finales del siglo XX, sobre todo tras la polémica que generó a título póstumo su retrospectiva "The perfect moment" (El momento perfecto).
En el verano de 1989, tras su muerte, su obra fue más conocida debido a la polémica política y moral que generó la intención de la Corcoran Gallery of Art, de Washington, de abrir esa muestra.
Pero no fue posible, y además hasta el Congreso de EEUU puso en entredicho el apoyo de la Asociación Estatal de Educación Nacional (NEA, en inglés) por su financiación parcial de "El momento perfecto".
Esta oposición generó que la figura de Robert Mapplethorpe (Nueva York, 1946 - Boston, 1989) fuera reivindicada públicamente por artistas estadounidenses y se convirtiera en un símbolo de la libertad artística y de la libre opción sexual.
Pero más allá de esta controversia, la obra de Mapplethorpe es de obligado estudio por los interesados en la fotografía porque elevó al podio del arte las escenas de desnudos masculinos y femeninos, al copiar la armonía compositiva de la tradición artística clásica -desde la griega hasta la manierista.
Así, por ejemplo, su instantánea "Thomas and Dovanna" (1986) se compara con la ejecución tanto en escultura como en grabado que diversos artistas han llevado a cabo de la escena mitológica del rapto de Sabina por un romano.
Pero, ante todo Mapplethorpe vertió su talento en su sensibilidad intuitiva para captar la luz en sus dos principales etapas: en los años 70, el desnudo de sus amantes y amigos famosos, y más tarde, las flores, como sutil revelación de un erotismo alegórico y de gran elegancia de la Naturaleza vegetal primigenia.
Mapplethorpe conquistó a través de su lente la gama de grises de la piel de raza negra que le transmitieron sus modelos y en este punto es comparable con el trabajo de dos fotógrafas completamente diferentes: la germana filonazi Leni Riefenstahl y la española Isabel Muñoz.
Su educación visual en materia fotográfica fue autodidacta y entre sus maestros reconoció que le gustaba la obra de grandes clásicos como Julia Margaret Cameron, Nadar, Edward Weston, Man Ray, Cecil Beaton y F. Holland Day.
Pero en parte también se la debe a dos de sus amantes: a John McKendry, que era comisario de fotografía del Museo de Arte Metropolitano (MET, en inglés), de Nueva York, al que conoció en 1971, y a Sam Wagstaff, comisario de pintura contemporánea en el Detroit Institut of Art (DIA) y una de las personas más influyentes en su vida desde 1972.
De esta manera este ángel caído, que contó con el respaldo de personalidades influyentes, fotografió a la gente con la que intimó, desde su amiga la cantante Patti Smith hasta sus modelos favoritos: hombres de raza negra -al menos con un millar tuvo sexo, según reveló su biógrafa oficial Patricia Morrisroe- que ligaba en los clubes neoyorquinos.
En la actualidad, los fondos de las mejores colecciones privadas y pinacotecas de fotografía del mundo albergan Polaroids de Mapplethorpe y algunas siguen circulando en el mercado del arte.
Así, la casa de subastas Christie's ha convocado para el próximo 31 de marzo en Nueva York la venta de una copia de un retrato a Andy Warhol (1986) valorada entre 40.000 y 60.000 dólares o la famosa foto titulada "Ajitto" (1981) de 120.000 a 180.000 dólares.
Y también la mirada de Mapplethorpe continúa vigente entre los artistas actuales, como el español Alberto García-Alix, los cubanos René Peña y Cirenaica Moreira, las italianas Paoli Ardizzoni & Monica de Pascalis, los estadounidenses Andrés Serrano y Nan Goldin, el francés Antoine D'Agata y el japonés Nobuyoshi Araki, entre otros.
Fuente: Enewspaper