Sunday, April 05, 2009

 
Vuelta a la vida... con VIH

Muchos se han salvado, pero muchos también han muerto. Hasta 2002, el tratamiento antirretroviral, la terapia que permite vivir a los infectados por el virus del VIH, era un avance científico de lujo, prohibido para el 95% de los enfermos. Desde entonces, la acción del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria en los países más pobres del mundo (los más golpeados por estas enfermedades) disminuye la distancia económica que separa a los enfermos de las drogas que les alivian. Cada mes, alrededor de 100.000 infectados reciben el tratamiento antirretroviral, según especificó Elen Evans, directora ejecutiva del Fondo, en la inauguración de la muestra fotográfica Vuelta a la vida . "Quisimos documentar los cambios de los enfermos y que ese registro sea un retrato fiel de una historia que no es color de rosa", ha explicado Evans este viernes en el Matadero .
Ni rosa ni negra, la lucha contra el VIH es una historia de colores estridentes, de grises y matices, de acuerdo con la visión de los ocho miembros de la agencia parisina Magnum Photos que entre 2007 y el año pasado fotografiaron a los enfermos antes de comenzar la terapia y cuatro meses después de ella. La muestra, que permanecerá en Madrid hasta el 26 de abril (la entrada es libre), reúne los trabajos de Jonas Bendiksen, Jim Golberg, Alex Majoli, Steve McCurry, Paolo Pellegrin, Gilles Peress, Eli Reed y Larry Towell. Abundantes textos explicativos sobre el contexto socioeconómico y la situación personal de los enfermos, y nueve vídeos de la serie Magnum in motion completan la exposición que desde anoche exhiben los paneles del Matadero.
Vuelta a la vida ha llenado de rostros doloridos y sitios geográficamente perdidos la antigua nave devenida en centro de arte contemporáneo madrileño. El vistazo a la lucha contra el VIH comienza con el mosaico de imágenes del italiano Pellegrin. En Mali, donde hay 130.000 enfermos, el fotógrafo comprobó en carne propia el estigma que implica el virus, al constatar que muchos portadores se negaban a posar en espacios abiertos. En esa república del oeste de África, el desafío del sida se agrava por la tradición de matrimonios polígamos.

Lucha contra la crisis

Bendiksen trabajó en Haití, el país americano con mayor número de seropositivos. En su planteamiento sobresalen dos series de retratos de pequeño formato que revelan la evolución favorable de una mujer y el retroceso de un hombre. Al frente de Bendiksen, Reed da a conocer cómo en Perú el VIH hace estragos entre los hombres homosexuales, los travestis y los trabajadores del sexo. Majoli refleja la realidad de Rusia, donde hay 940.000 portadores del virus. A partir de esa experiencia, el fotógrafo concluyó que la terapia antirretroviral aborda solo una parte de un problema que incluye las frustraciones que padecen las generaciones más jóvenes. En ciudades como San Petersburgo, la mayoría de los seropositivos han contraído el virus por intercambiar jeringas.
En una sala aparte, Towell presenta las fotografías de Suráfrica y Suazilandia; con 5,5 millones de portadores de VIH, Suráfrica es el país con el mayor número de personas infectadas en el mundo, mientras que Suazilandia tiene la tasa más alta de penetración del virus. Las estadísticas de este pequeño reino africano de sólo 17.363 kilómetros cuadrados provocan escozor: una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro adultos tienen VIH. En Suráfrica, el país más rico del continente más pobre, el sida que ha documentado Towell habita en chabolas periféricas de tablas y cartón.
Las fotos del estadounidense McCurry desnudan casos representativos de la enfermedad que afecta a 132.628 vietnamitas. Si el consumo de heroína barata es la causa principal de contagio en Vietnam, en la India de Goldberg el sida se transmite por medio de las relaciones sexuales sin protección en los triángulos que componen los trabajadores del sexo, sus clientes y respectivas parejas. En Ruanda, un territorio devastado por la persecución étnica, Peress vincula el VIH con el drama de 224.000 huérfanos.
La directora del Fondo de Lucha contra el Sida ha afirmado que Vuelta a la vida da testimonio de una revolución silenciosa que devuelve la esperanza para una población que, hasta hace seis años, consideraba al VIH como una sentencia de muerte. "Una erosión en el financiamiento puede causar daños irreparables a esta iniciativa", ha advertido Evans a modo de prevención contra las temidas restricciones presupuestarias de los países que aportan al Fondo -España es el quinto contribuyente-. O, lo que es lo mismo, contra la tendencia a que, en nombre de la crisis, se quite a las vidas de los desvalidos la oportunidad de recuperarse antes de perderse irremediablemente.

Fuente:El País
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