Friday, November 06, 2009
Río de Janeiro, la ciudad 'más gay' del planeta
La ciudad de Río de Janeiro, recientemente elegida como sede para los Juegos Olímpicos del 2016, acaba de ser considerada la ciudad "más gay del planeta". Tras haber recibido en septiembre pasado el título de "la ciudad más feliz del mundo" por la revista económica Forbes, superando a ciudades como Barcelona, Buenos Aires, Montreal y Sidney, ahora, en una elección promovida por Logo, un canal MTV destinado al público homosexual, a través del site TripOutGayTravel.com, ha quedado clasificada como "la ciudad que mejor acoge y mejores posibilidades ofrece al mundo homosexual".
La calle considerada como la más gay de la ciudad es la Farne de Amoedo, en el barrio bien de Ipanema. Además de los bares y restaurantes, se destaca la playa situada frente a la vía abarrotada de banderas arcoiris. Aparecen citadas también, la playa de Copacabana, el barrio de Lapa y los museos del centro.
El resultado, que se anunció en Boston (Estados Unidos) durante una conferencia sobre turismo gay, sorprendió y fue motivo de fiesta para los 2,5 millones de personas que el día anterior se habían reunido en la 14ª Marcha del Orgullo Gay de Copacabana.
El vicepresidente del Grupo Arcoiris, Almir França, ha confesado que no esperaba el resultado ya que la votación se había realizado en Internet en una web en inglés, poco accesible para los gays brasileños. Todos han coincidido en resaltar que quizás lo que más ha contribuido para conseguir el reconocimiento es el gran sentido de hospitalidad que tiene la ciudad con los homosexuales.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ha afirmado que ahora la ciudad posee dos grandes record: el de la ciudad más feliz del mundo y la mejor ciudad de la diversidad del planeta. Ello se debe, según Paes, a que el que llega a la urbe, de cualquier género, raza, religión o país que sea, "se siente como en casa". Y es que es proverbial y real la fama de los cariocas de gentes desenfadadas, sin prejuicios, alegres y siempre preparados para festejar algo. La fiesta vive en las venas de la ciudad a pesar del cáncer de la violencia que la lleva corroyendo desde hace 40 años.
Fuente: El País
La ciudad de Río de Janeiro, recientemente elegida como sede para los Juegos Olímpicos del 2016, acaba de ser considerada la ciudad "más gay del planeta". Tras haber recibido en septiembre pasado el título de "la ciudad más feliz del mundo" por la revista económica Forbes, superando a ciudades como Barcelona, Buenos Aires, Montreal y Sidney, ahora, en una elección promovida por Logo, un canal MTV destinado al público homosexual, a través del site TripOutGayTravel.com, ha quedado clasificada como "la ciudad que mejor acoge y mejores posibilidades ofrece al mundo homosexual".
La calle considerada como la más gay de la ciudad es la Farne de Amoedo, en el barrio bien de Ipanema. Además de los bares y restaurantes, se destaca la playa situada frente a la vía abarrotada de banderas arcoiris. Aparecen citadas también, la playa de Copacabana, el barrio de Lapa y los museos del centro.
El resultado, que se anunció en Boston (Estados Unidos) durante una conferencia sobre turismo gay, sorprendió y fue motivo de fiesta para los 2,5 millones de personas que el día anterior se habían reunido en la 14ª Marcha del Orgullo Gay de Copacabana.
El vicepresidente del Grupo Arcoiris, Almir França, ha confesado que no esperaba el resultado ya que la votación se había realizado en Internet en una web en inglés, poco accesible para los gays brasileños. Todos han coincidido en resaltar que quizás lo que más ha contribuido para conseguir el reconocimiento es el gran sentido de hospitalidad que tiene la ciudad con los homosexuales.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, ha afirmado que ahora la ciudad posee dos grandes record: el de la ciudad más feliz del mundo y la mejor ciudad de la diversidad del planeta. Ello se debe, según Paes, a que el que llega a la urbe, de cualquier género, raza, religión o país que sea, "se siente como en casa". Y es que es proverbial y real la fama de los cariocas de gentes desenfadadas, sin prejuicios, alegres y siempre preparados para festejar algo. La fiesta vive en las venas de la ciudad a pesar del cáncer de la violencia que la lleva corroyendo desde hace 40 años.
Fuente: El País